¿Windows 11 va lento? Puede que tu SSD esté pidiendo auxilio y así puedes comprobarlo

Teknalix julio 7, 2025 No hay comentarios

¿Windows 11 va lento? Puede que tu SSD esté pidiendo auxilio y así puedes comprobarlo

Esto es algo que a todo el mundo le ha pasado. Antes tu ordenador iba como la seda en cuanto a velocidad y de repente empieza a ir a paso de tortuga. Al principio lo achacas a una actualización, a que tienes muchas cosas abiertas o, si eres un poco paranoico, a un virus que está por ahí escondido haciendo de las suyas

Pero cuando el problema se larga en el tiempo y cada vez que copias archivos, instalas juegos o el sistema se actualiza, el PC se queda colgado, toca mirar más a fondo. 

Es cierto que al principio, si lo centramos en un ordenador con Windows 11, puedes notar que los síntomas son casi imperceptibles, con arranques que tardan un poco más, aplicaciones que se abren muy lentas o incluso que cuando vas a instalar algo tu ordenador se queda completamente congelado. 

Nada grave, pero sí lo suficiente como para empezar a mosquearte. Lo peor ya viene cuando el sistema se vuelve completamente inutilizable durante las actualizaciones o al copiar archivos grandes. Ahí ya deberías empezar a sospecha que algo no va bien con el disco SSD, ese componente que, en teoría, debería ser sinónimo de velocidad.

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¿Tu SSD está en las últimas? Así puedes descubrirlo antes de que sea tarde

Para confirmar si el SSD es el origen del problema, es recomendable hacer un diagnóstico más a fondo. Aunque Windows cuenta con herramientas para comprobar el estado del disco, es cierto que estas no siempre detectan absolutamente todos los fallos. 

Por eso, programas especializados como CrystalDiskInfo son una opción muy a tener en cuenta. Esta aplicación gratuita permite acceder a los datos S.M.A.R.T. del disco, que indican su salud real y detectan sectores defectuosos o errores de lectura.

Si el porcentaje de salud que muestra la app está por debajo del 40-50% y aparecen alertas de estado ‘Malo’, es una señal de que la unidad está cerca del final de su vida útil. En ese caso, es muy importante y debes darte algo de prisa para cambiarlo y evitar perder de datos o tener fallos mayores.

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Señales claras de que el SSD está a punto de fallar

A modo de resumen y para que sea más fácil recordarlo, estos son los grandes síntomas que pueden dejar bastante claro que un SSD está fallando incluyen:

  • Arranques del sistema más lentos de lo normal.
  • Aplicaciones que tardan en abrir o se bloquean.
  • Congelamientos del sistema al copiar archivos o instalar programas.
  • Errores al leer o escribir datos en el disco.
  • Mensajes de error relacionados con el almacenamiento.

Estos problemas suelen aparecer de forma muy de poco a poco, pero si se pasan por alto, como muchas veces suele ocurrir, pueden dar pie a fallos críticos que ya directamente impidan arrancar el sistema operativo.

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Si sospechas que tienes un SSD defectuoso, lo primero es hacer una copia de seguridad completa de todos los datos que tienes. Tienes varias herramientas para ello, desde las integradas en Windows hasta programas aparte que hacen que todo este proceso no sea tedioso.

Después, se recomienda comprar un nuevo SSD de buena calidad y hacer la clonación del disco antiguo al nuevo, para mantener el sistema y los archivos tal cual estaban. Tras el cambio, el rendimiento del equipo debería mejorar y tú deberías notarlo desde el primer minuto.

A modo de recomendaciones para evitar que tu SSD muera antes de tiempo, es aconsejable mantener siempre un espacio libre suficiente de al menos un 10%, evitar llenarlo al máximo y no usarlo para almacenar archivos temporales o descargas masivas. También es muy importante que te asegures de que el sistema operativo tiene activada la función TRIM, que ayuda a mantener el rendimiento del disco.

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Expertos desmontan la gran mentira de Windows 11: “Tu PC está perfecto, no necesitas comprar uno nuevo”

Por otro lado, muchos usuarios creen que, con el fin del soporte de Windows 10 el 14 de octubre de 2025, la única opción es comprar un PC nuevo para poder usar Windows 11. Sin embargo, expertos han tirado por tierra esta idea y aseguran que la mayoría de los equipos actuales pueden seguir funcionando perfectamente sin necesidad de gastar dinero en hardware nuevo.

Una de las mayores piedras en el camino para actualizar a Windows 11 es el requisito del TPM 2.0, que deja fuera a millones de ordenadores antiguos. 

Con esto como base, los expertos recuerdan que no es recomendable seguir usando Windows 10 sin soporte de seguridad, pero hay alternativas como algunas versiones de Windows 10 que seguirán recibiendo actualizaciones durante varios años más, o incluso pasarse a distribuciones de Linux ligeras como Linux Mint, que pueden funcionar muy bien en equipos antiguos.

En pocas palabras, no hace falta jubilar tu PC solo porque Microsoft parezca que casi te está obligando. Hay formas legales y seguras de seguir usando tu ordenador para evitar que tu bolsillo acabe tiritando por culpa de los de Redmond.

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Etiquetas: SSD, Consejos, Ordenadores, Windows 11