Cuando el río suena, agua lleva. Muchos han sido los expertos que de un tiempo a esta parte han hablado acerca de los riesgos que puede traer consigo la inteligencia artificial. Y no hablamos de predicciones catastrofistas relacionadas con el fin del mundo o súper máquinas que terminan por tomar conciencia de sí mismas. Existe una amenaza mucho más concreta y, por qué no decirlo, verosímil. 

Básicamente, la que sugiere que utilizar la inteligencia artificial puede volver más estúpida a la gente. Es algo que desde siempre se viene relacionando con la tecnología. ¿Quién no ha escuchado alguna vez aquello de que la tele o los teléfonos móviles pudren el cerebro? Solo que en este caso, según parece, existen pruebas que lo ponen de manifiesto sin demasiadas dudas.

La inteligencia artificial, ¿una tecnología que nos vuelve más tontos?

En líneas generales, lo que vienen repitiendo algunos expertos en relación a la inteligencia artificial es algo así: si uno delega demasiado en un chatbot como ChatGPT o alguna de las alternativas que existe, cada vez se exige menos a sí mismo, a su cerebro. Por esta razón, resulta probable que la mente se acomode y se vuelva más estúpida con el paso del tiempo. 

Tan popular se ha vuelto esta teoría en los últimos meses, que incluso ya existe un término para referirse a ella, al menos en inglés: “debt cognitive”. Más o menos, esto podría interpretarse como una pérdida progresiva de capacidades para la reflexión profunda, el pensamiento crítico, la memoria y la creatividad. Así lo denuncia al menos un estudio reciente del MIT. 

Tal y como señalan algunos medios internacionales, la investigación habría comprobado que por ejemplo aquellos que escriben cualquier tipo de trabajo con ayuda de ChatGPT presentan una menor activación mental en comparación con quienes lo hacían por sí mismos o mediante una búsqueda web. Con el tiempo, confiaban cada vez más en copiar y pegar, exigiéndose menos a sí mismos.

Además, los expertos ponen de manifiesto en su trabajo que no hace falta hablar de colaboraciones constantes y elaboradas con la inteligencia artificial para que se aprecie el cambio. El resultado es más bien preocupante: incluso con breves sesiones usando IA, ya se pasaría a notar un descenso notable en la activación cerebral y en el rendimiento cognitivo. Es decir, menos inteligencia. 

Los estudiantes, en el punto de mira

Aunque parece que la IA podría volver más estúpido a cualquiera, si se atiende a lo que explican los especialistas, lo cierto es que la situación parece especialmente preocupante en el caso de los estudiantes. Más que nada porque estos son quienes más están desarrollando su cerebro aún. Puede que tirar de ChatGPT parezca una buena idea, pero sería perjudicial a largo plazo. 

El problema, por lo tanto, no sería para dejarlo pasar. La inteligencia artificial cada vez está más presente en todo: los trabajos, la educación y, según parece, incluso en los muñecos de los niños. Por lo que si verdaderamente los científicos del MIT están en lo cierto y nos puede volver más estúpidos, la sociedad que puede quedarse sería digna de preocupar a cualquiera. 

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Etiquetas: Inteligencia artificial