un aire acondicionado que funciona sin electricidad
Teknalix julio 4, 2025 No hay comentarios

El aire acondicionado se ha convertido en uno de los electrodomésticos imprescindibles en muchos hogares, pero también es uno de los que más energía consume, sobre todo durante las olas de calor. Ese gasto no solo afecta al bolsillo, también suma en el consumo eléctrico, y eso tiene consecuencias.
Por eso resulta sorprendente el invento de un grupo de estudiantes que han creado un sistema de enfriamiento que no necesita electricidad para funcionar. Un aire acondicionado casero, hecho con materiales reciclados, capaz de bajar la temperatura varios grados sin conectarse a la red.
De acuerdo con El Sol de Tampico, el dispositivo fue presentado durante la Tercera Exhibición de Prototipos Ecológicos Expomuni 2025, celebrada en Altamira, Tamaulipas, México. El evento reunió 26 proyectos elaborados por alumnos de cuarto y sexto semestre de la Escuela Preparatoria Tecnológica Municipal de Altamira.
Cabe destacar que el objetivo era presentar a la comunidad ideas prácticas y, sobre todo, sostenibles para mejorar el día a día. Entre todas las propuestas, este sistema de aire acondicionado, que funciona sin enchufe ni gases contaminantes y con un presupuesto muy reducido, fue el que más llamó la atención.
¿Qué es el Eco Freezer Slim?

Eco Freezer Slim / Miguel Díaz
El Eco Freezer Slim tiene la forma de un aire acondicionado, pero no usa electricidad, ni gas, ni nada electrónico, puesto que está fabricado con cartón, madera y botellas recicladas, y su funcionamiento se basa en un principio físico muy concreto como lo es el efecto Joule-Thomson.
Este fenómeno describe cómo un gas, al expandirse rápidamente tras ser comprimido, reduce su temperatura y este principio lo aplicaron a algo tan simple como el paso del aire por una botella de plástico, las cuales están cortadas y colocadas en la parte trasera del sistema.
Por la parte ancha entra el aire caliente del exterior, donde al atravesar el cuello estrecho del envase, el flujo se comprime, al salir por el otro extremo, se expande y se enfría. Ese aire, ya con unos grados menos, entra en la habitación y baja la sensación térmica, por lo que no hay cables, ni interruptores, ni ruido.
El sistema se instala en la pared, con las botellas orientadas hacia fuera, por lo que se puede montar en cuestión de minutos y con materiales que cualquiera puede encontrar en casa. Esto es un ejemplo de cómo aprovechar la física, sin necesidad de componentes caros ni conocimientos avanzados.
En las pruebas realizadas por los alumnos, consiguieron bajar la temperatura interior de una habitación de 27 a 24 grados. Si bien puede parecer poco, pero cuando estás en casa sin ventilación y con calor acumulado, esos tres grados marcan una diferencia real.
Todo el dispositivo está hecho con materiales reciclados y tiene un coste mínimo, por lo que se puede montar por menos de lo que cuesta una comida a domicilio. Y lo más importante, no gasta ni un solo vatio.
Detrás del proyecto están Milena Vázquez, Aymar Izaguirre, Lorenzo Méndez, Juan Rubén Zárate y Óscar Galicia, que estudian la especialidad de Nuevos Materiales y quisieron aportar una solución accesible, ecológica y funcional.
Por qué importa este tipo de inventos
Inventos como el Eco Freezer Slim no se quedan en una curiosidad, sino que van al fondo del problema. El calor extremo, la pobreza energética y la sostenibilidad no son temas del futuro, sino que son realidades del presente.
No todo el mundo puede pagar el aire acondicionado, y mucho menos vivir en una casa preparada para resistir temperaturas extremas en verano. Por eso, este tipo de soluciones sencillas pueden marcar la diferencia.
Este grupo de estudiantes con recursos mínimos, han creado una alternativa real, por lo que es un ejemplo de cómo la educación y la conciencia ambiental pueden trabajar juntas. Lo que han hecho no es solo un prototipo, es una idea aplicable, barata y sostenible. Apostar por este tipo de proyectos es importante por lo que representa y lo que puede ofrecer.
El Eco Freezer Slim no es solo un invento ingenioso, es un recordatorio de que las mejores soluciones no siempre utilizan electricidad. A veces, basta con observar cómo se comporta el aire al pasar por una botella… y tener la voluntad de cambiar las cosas desde la raíz.
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