Hace solo unos meses, cuatro recepcionistas de un centro de salud fueron despedidas y reemplazadas por un sistema de inteligencia artificial que gestiona llamadas y correos.

“Nos pidieron que ayudáramos a configurar el sistema que nos sustituiría”, cuenta una de las afectadas. Aunque suene algo bastante loco, que ciertamente así es, deja bastante claro que esto ya comienza a ser el pan de cada día de algunas personas, que ven como esta tecnología comienza a automatizar sus tareas.

Rizando el rizo, esto es algo que está afectando especialmente a las mujeres, ya que la mayoría trabaja en empleos administrativos, de atención y soporte, precisamente los más expuestos a la IA.

Según el FMI, las mujeres son más vulnerables que los hombres a la pérdida de empleo debido a la automatización y la IA. Poniendo como ejemplo los servicios financieros, las mujeres representan casi el 50% de la fuerza laboral total de esa industria, pero ocupan solo el 25% de los puestos de alta dirección, muchos de los cuales están protegidos de los impactos de la automatización.

Yendo a más datos, un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) revela que las mujeres tienen tres veces más probabilidades que los hombres de perder su empleo por culpa de la automatización.

En concreto, el 79% de las mujeres trabaja en ocupaciones susceptibles de ser reemplazadas por IA, frente a un porcentaje menor en el caso de los hombres. 

Pero hay más y esta brecha se agrava porque, mientras la IA sigue avanzando, la presencia femenina en el sector tecnológico sigue siendo baja: solo el 22% de las mujeres del sector TI trabaja en inteligencia artificial y apenas el 18% se especializa en carreras STEM.

La IA no solo destruye algunos empleos, también agrava la brecha de género

Por supuesto, esto no solo está ocurriendo en España y en otros países, incluso con mayor renta que aquí, el 41% de los trabajos que realizan mayoritariamente mujeres podrían verse afectados por la IA, frente al 28% de los masculinos. 

Los sectores más expuestos de nuevo son administración, hostelería, comercio y cuidados, donde las mujeres representan más del 55% del empleo en atención sociosanitaria, pero apenas superan el 20% en tecnología.

Judith Membrives, investigadora del IN3 de la UOC, alerta en una entrevista para La Vanguardia: “La IA está reforzando patrones de desigualdad ya existentes: las tareas que se automatizan primero son aquellas menos valoradas socialmente, como el apoyo administrativo o la gestión emocional, que muchas veces se consideran ‘soft skills’, pero son fundamentales”. 

“El principal eje de desigualdad será entre quienes controlan el capital tecnológico y quienes no”

Estas son algunas pautas a seguir para conseguir una equidad en este campo y otros relacionados de cara al futuro:

Más mujeres en el desarrollo de inteligencia artificial

La probabilidad de que la tecnología se vuelva perjudicial para ellas puede mitigarse contratando a más mujeres en el desarrollo de herramientas de IA y alimentándolas con datos que puedan garantizar que los algoritmos funcionen hacia la igualdad —algo que ChatGPT ya hace—.

La IA también puede jugar un papel vital en la retención de mujeres en el lugar de trabajo y su ascenso a puestos de liderazgo. Mediante el uso de los datos recopilados, estas aplicaciones pueden identificar personal en función de su desempeño que, de otro modo, se habría pasado por alto debido a su género, raza y otros sesgos conscientes o inconscientes. 

Sin embargo, que todo esto funcione depende en gran medida de si estas han sido entrenadas para ser imparciales en su evaluación.

Reentrenamiento y actualización de habilidades

Para garantizar que nadie se quede atrás, es importante que las personas, las organizaciones e incluso los países inviertan en volver a capacitar a las mujeres que trabajan en puestos con un alto riesgo de automatización. 

Esto puede evitar la pérdida de puestos de trabajo y aumentar sus posibilidades de selección en puestos tecnológicos. Esto también incluye alentar a las mujeres y las niñas a interesarse en la formación STEM desde sus primeros años de formación.

Políticas de IA responsables

A medida que más países desarrollan políticas y marcos para guiar el uso de la IA en varios sectores, es importante que la igualdad, la inclusión y la representación sean principios centrales que guíen dichas políticas.

Aún queda trabajo por hacer para conseguir una verdadera igualdad de género en el mundo empresarial. Las mujeres continúan enfrentándose a barreras para avanzar, desde prejuicios intrínsecos hasta discriminación absoluta. 

Las mujeres de color, las mujeres de la comunidad LGTBIQ+, las mujeres discapacitadas y las mujeres mayores de 40 años pueden encontrar que los factores que contribuyen a la desigualdad en el lugar de trabajo se agravan aún más debido a la discriminación adicional que pueden enfrentar con la llegada de estas nuevas tecnologías.

Usada indiscriminadamente, la IA podría incluso aumentar esta brecha de género. Como cualquier herramienta, lo que importa es cómo la usas. 

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Etiquetas: Inteligencia artificial, Trabajo, Software