Microsoft ha lanzado una advertencia que debería hacernos reflexionar sobre la jornada laboral. El estudio más reciente de la compañía, basado en datos de uso de Microsoft 365, revela una preocupante normalización de lo que llaman la “jornada infinita”. 

Este fenómeno afecta tanto a empleados como a directivos, y trata sobre la sobreexposición constante al trabajo digital. 

Reuniones sin pausa, correos incesantes, mensajes por Teams y tareas acumuladas han creado un ritmo laboral donde muchos se ven obligados a mantener un ritmo insostenible.

La nueva rutina laboral: sin pausas, sin horarios, sin descanso

El problema no está en cuántas horas se trabaja, sino en cómo se reparten a lo largo del día. Según los datos recogidos en el estudio, el 40% de los usuarios ya están revisando correos electrónicos antes de las 6 de la mañana. Y no paran ahí, porque continúan conectados bien entrada la noche, incluso los fines de semana. 

Esta falta de desconexión convierte el descanso en una ilusión. Para muchos, el trabajo se ha convertido en una presencia constante, interrumpiendo rutinas personales y haciendo cada vez más difícil diferenciar lo profesional de lo personal.

Uno de los puntos críticos del informe es el colapso de los momentos de máxima productividad. Las reuniones, cada vez más frecuentes y mal organizadas, ocupan las horas centrales del día, justo cuando la mayoría rinde mejor. 

El martes es el peor día de la semana, con un 23% del total de reuniones, mientras que los viernes, cuando ya escasean las energías, se cargan menos. Además, un 57% de las llamadas son espontáneas, sin estar en el calendario, lo que provoca interrupciones constantes.

La saturación de los correos también tiene un papel relevante. Un trabajador promedio recibe 117 correos al día y más de 150 mensajes de Teams. Muchos de estos correos, además, van dirigidos a decenas de personas a la vez, perdiendo toda personalización. 

Microsoft señala que esto crea un “ruido digital” que no solo entorpece la comunicación, sino que agota la atención del trabajador. Cada notificación, cada reunión improvisada, interrumpe flujos de trabajo y genera la sensación de no avanzar.

El informe también advierte sobre un fenómeno que ya es habitual, y es la triple jornada. Se trabaja por la mañana, se asisten a reuniones en horas punta y se responde a correos por la noche. 

Las reuniones después de las 8 de la tarde han aumentado un 16% respecto al año anterior, y los fines de semana, casi un 20% de los empleados revisan correos antes del mediodía. Esta dinámica lleva a una rutina agotadora que mina la salud mental y física de los trabajadores.

Ante este panorama, Microsoft propone un uso más inteligente de la IA para revertir la situación. Pero no basta con implementar herramientas, sino que, hay que replantear toda la forma de trabajar. 

La empresa sugiere tres pasos concretos, como adoptar la regla del 80/20 (enfocarse en las tareas que generan más impacto), rediseñar las estructuras organizativas hacia modelos más flexibles, y aprender a trabajar en colaboración con la IA, tratándola como una extensión del equipo.

Lo que está claro es que más tecnología no siempre es mejor si solo sirve para acelerar una dinámica ya rota. La clave está en cambiar el enfoque, priorizar el bienestar, y utilizar la inteligencia artificial no como un parche, sino como una herramienta para rediseñar la forma en que vivimos el trabajo.

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