“Los seres humanos tendrá que olvidarse de los días de 24 horas”

Teknalix junio 7, 2025 No hay comentarios

“Los seres humanos tendrá que olvidarse de los días de 24 horas”

La idea de que un día dura siempre 24 horas es algo que hemos asumido como una constante, tanto en nuestra vida como en la historia de la humanidad. Sin embargo, científicos han confirmado algo que cambia esa certeza, y es que la Tierra no gira a una velocidad fija

De hecho, está ralentizando su rotación debido a procesos naturales que, en un futuro lejano, harán que un día dure hasta 25 horas. Este descubrimiento no solo rompe con un concepto básico, sino que plantea interrogantes sobre cómo afectará a la vida y a la forma en que organizamos el tiempo.

Cabe señalar que el planeta no es un reloj exacto debido a que su rotación, que es el giro que da sobre su propio eje y que marca el paso de los días, varía por causas naturales. El principal responsable es la fricción generada por las mareas, provocadas por la atracción gravitatoria de la Luna, que actúa como un freno muy lento pero constante. 

Además, el movimiento interno del núcleo terrestre, el derretimiento de glaciares y la precesión del eje de la Tierra influyen en esta desaceleración. Todos estos factores combinados hacen que la duración del día sea variable, aunque a un ritmo tan pausado que apenas lo notamos.

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Es importante destacar que el planeta no siempre tuvo los días que hoy conocemos, sino que hace más de 4.000 millones de años, cuando se formó la Luna, el planeta giraba con tal rapidez que una jornada duraba solo unas 10 horas

Con el paso del tiempo, ese ritmo se ha ido ralentizando de manera progresiva, alargándose los días de forma continua. Según registros geológicos y simulaciones astronómicas, este proceso lleva al menos 600 millones de años activo. Si sigue así —y todo indica que lo hará— dentro de unos 200 millones de años, completar una vuelta sobre el eje podría requerir 25 horas.

¿Cómo afectará este cambio a la vida?

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Aunque la escala temporal de este fenómeno sea difícil de asimilar, las consecuencias no son menores. Muchos seres vivos, incluidos los humanos, estamos regidos por los llamados ritmos circadianos, que sincronizan nuestras funciones biológicas con los ciclos de luz y oscuridad. 

Este reloj biológico está calibrado, en gran medida, por la luz solar. Por eso, cuando se viaja entre husos horarios o se trabaja de noche, aparecen efectos como el jet lag o los trastornos del sueño. La adaptación no sería automática ni sencilla, podría implicar desde alteraciones en los patrones de sueño hasta impactos en la salud metabólica o mental.

En un escenario tan lejano como ese, los ciclos de luz artificial, los entornos cerrados o la propia tecnología podrían tener que compensar la desincronización natural entre el planeta y nuestro cuerpo. La gran incógnita es si la evolución biológica podrá seguir el ritmo del nuevo reloj terrestre, o si la sociedad tendrá que intervenir para mantener el equilibrio.

Del mismo modo, afectaría a nuestras referencias sociales, así como tecnológicas, donde relojes, calendarios, jornadas laborales e incluso las estaciones podrían tener que adaptarse a este nuevo ritmo de vida. La ciencia desvela que la medida del tiempo, tal y como la conocemos, no es eterna.

¿Por qué importa si faltan millones de años? Podrías pensar que este es un asunto lejano, demasiado distante como para tener relevancia. Pero entender que el tiempo terrestre cambia es esencial para comprender el funcionamiento profundo de nuestro planeta

Además, estos descubrimientos tienen aplicaciones prácticas, puesto que ayudan a calibrar tecnologías avanzadas como los relojes atómicos, ajustan los modelos del GPS y son fundamentales en la exploración espacial. 

Saber cómo varía la rotación terrestre no es solo una curiosidad científica; es información crítica para sistemas que usas todos los días sin darte cuenta. La idea de que un día tiene exactamente 24 horas es más una convención que una constante natural.

Los científicos y las últimas investigaciones ponen en evidencia de que el planeta está cambiando. En un futuro, si la humanidad sigue existiendo, tendrá que aprender a vivir con días de 25 horas. Ajustar los relojes, reorganizar el día a día y entender que el tiempo, como casi todo, también evoluciona. La Tierra ya lo ha hecho antes, y lo volverá a hacer. 

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Etiquetas: Tiempo