Cuando llega el calor, muchos no pueden vivir sin aire acondicionado. Pero usarlo mal no solo supone menos confort, también vacía tu bolsillo. Según una especialista en climatización de la marca Haier, hay ciertos errores muy frecuentes en los hogares españoles que disparan el consumo de energía. 

En vez de ahorrar, muchas personas hacen justo lo contrario sin darse cuenta, encareciendo la factura eléctrica cada mes de verano. 

Los expertos alertan de que estos malos hábitos afectan tanto a la eficiencia del aparato como a su durabilidad.

Errores comunes al usar el aire acondicionado que aumentan tu factura de luz en verano

Como explica la experta a través de un video de Tiktok, uno de los fallos más habituales es abrir una ventana mientras el aire acondicionado está funcionando. Puede parecer una tontería o algo momentáneo, pero el impacto es muy real. 

El aparato necesita más energía para mantener una temperatura constante si hay una corriente de aire que introduce el calor del exterior. En otras palabras, enfría menos, consume más y el resultado es un gasto innecesario. Lo recomendable es cerrar bien puertas y ventanas antes de encenderlo y dejarlo actuar en un espacio hermético.

Otro de los errores más comunes es elegir un equipo con menos potencia de la necesaria. Por ejemplo, instalar un modelo pensado para una habitación pequeña en un salón amplio. Esto provoca que el sistema funcione a su máxima capacidad constantemente, sin lograr enfriar de forma efectiva. 

Un aparato de 2.000 frigorías no puede rendir adecuadamente en un espacio de más de 30 metros cuadrados; se necesita al menos uno de 3.500 o más, según explican desde el sector. La falta de potencia no solo encarece el uso, sino que también desgasta el equipo mucho más rápido.

Además, hay una falsa creencia que sigue muy extendida, la de que apagar y encender el aire acondicionado con frecuencia ahorra energía. En realidad, cada vez que el sistema arranca, consume más electricidad que si se mantiene en funcionamiento continuo a una temperatura moderada. 

La clave está en encontrar un punto de equilibrio, entre los 22 y los 25 grados es suficiente para mantener una temperatura agradable sin que el consumo se dispare. Y cuanto más constante sea el uso, mejor para el aparato y para tu bolsillo.

Por si fuera poco, muchas personas no prestan atención al mantenimiento del equipo. Un filtro sucio puede reducir la eficiencia del aire acondicionado hasta en un 15%. Por eso, es aconsejable limpiarlos o sustituirlos cada uno o tres meses, dependiendo del uso. Un pequeño gesto que, a medio plazo, se traduce en un ahorro considerable. 

También hay que tener cuidado con las obstrucciones. Colocar muebles, cortinas o plantas delante del aparato, tanto en el interior como en el exterior, impide que el aire circule correctamente.

El lugar donde se instala la unidad exterior también importa. Si se coloca en una zona con mucha exposición solar o mal ventilada, la máquina se sobrecalienta. Esto afecta negativamente a su rendimiento y puede acortar su vida útil. 

Siempre que se pueda, se recomienda ubicarla en una zona de sombra parcial, y dejar al menos 60 centímetros libres a su alrededor para garantizar una buena ventilación.

Y como explica la especialista de Haier, muchos no piensan en el aislamiento del hogar como parte del sistema de climatización. Pero puertas y ventanas mal selladas, o una mala instalación de los conductos de ventilación, obligan al aire acondicionado a trabajar más de la cuenta. Revisar estos aspectos puede mejorar mucho la eficiencia energética sin cambiar de equipo.

Conoce cómo trabajamos en ComputerHoy.