Elegir una serie es una de las decisiones que menos presión ejercen a lo largo del día y que más veces tomamos al año. Aun así, es normal sentirse abrumado por la elección; hay miles de opciones en la televisión y tenemos media docena de plataformas. No solo es Netflix o HBO Max.

Curiosamente, ver historias y rostros conocidos puede dar al cerebro un descanso de lo desconocido y de la necesidad de tomar decisiones. Algo que, en nuestro día a día lleno de estrés y difíciles decisiones, agradecemos.

El sesgo del statu quo, la idea de que la gente prefiere quedarse con lo que conoce en lugar de algo nuevo cuando se enfrenta a una disyuntiva, también está implicado. Apegarse a opciones conocidas de las que conocemos el resultado es un mecanismo de defensa que protege contra la decepción y proporciona previsibilidad y la ilusión de control sobre el entorno, explican los expertos.

Volver a ver una película puede hacerte sentir como si te pusieras al día con tus amigos. Nuestra familiaridad con los personajes de estas series también influye. Para muchos ver a Chandler y a Mónica es como estar en casa otra vez con tu mejores amigos.

Una y otra vez la misma serie de siempre por motivos psicológicos

Los personajes con los que mantenemos una relación parasocial pueden resultarnos familiares o ser un espejo para examinar o reflexionar sobre nuestras propias emociones y experiencias, afirma el doctor Daniel Lieberman, catedrático clínico de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad George Washington.

“Grandes partes de nuestro cerebro están dedicadas a formar relaciones sociales, y de hecho desarrollamos una conexión con los personajes y experimentamos sentimientos similares a los que sentimos por nuestros amigos“, explica el doctor.

Después de un largo día haciendo todo lo que haces, ¿no es lógico que te apetezca pasar el rato con los amigos que ya conoces? ¿Hay desventajas en volver a ver las series y películas? No del todo, pero es importante comprender el papel que desempeña la nostalgia en el deseo de volver a ver series y películas.

Pero, ¿llega a ser este comportamiento poco saludable? Puede serlo si dependemos de lo familiar hasta el punto de no comprometernos con nuevas experiencias. La clave está en encontrar un equilibrio entre lo nuevo y lo familiar; aunque las nuevas experiencias pueden resultar incómodas y asustar, son necesarias para seguir creciendo.

“Lo que el cerebro necesita es una mezcla, y cada persona requiere una combinación diferente de lo nuevo y lo conocido“, afirma el Dr. Lieberman. “El peligro es quedarse atrapado en la rutina, y en ese momento no va a contribuir a tu bienestar mental, sino que te lo va a restar“. Por eso, puedes ver las series de siempre, pero no te cierres a nuevas experiencias.