Cargar el smartphone es una de las cosas más sencillas y lo sueles hacer a diario para que el dispositivo no se apague, pero ¿y si lo has hecho mal todo este tiempo? Los Android e iPhone cuentan con cargadores distintos y características de batería diferentes, aunque tener malos hábitos al emplear este apartado, puede ser perjudicial.

A pesar de que es muy poco probable que el teléfono explote por no seguir las recomendaciones de uso del mencionado accesorio, sí puede generarse sobrecalentamiento o hacer que se dañen los componentes del teléfono de forma inesperada.

Hay modelos de muchos mAh, pero de nada sirve si no cuidas las celdas de la batería porque su vida útil se puede reducir considerablemente. Por suerte, después de ver las recomendaciones de este artículo, seguramente tendrás ánimo de corregir algunas de las prácticas que tal vez haces y que solo causan problemas.

No lo uses mientras se carga

Es normal que tu móvil experimente un ligero aumento de temperatura mientras se carga, debido a la conversión de energía y la resistencia eléctrica inherentes al proceso. Sin embargo, si durante la carga ejecutas videojuegos o aplicaciones que demandan un mayor esfuerzo del procesador, esto puede generar un sobrecalentamiento que daña de manera irreversible los componentes químicos de la batería, reduciendo su rendimiento y vida útil.

Si necesitas utilizar el teléfono mientras se está cargando, procura limitarte a tareas sencillas, como revisar redes sociales u otras actividades que no impliquen un esfuerzo excesivo para el dispositivo. De este modo, ayudarás a mantener la temperatura bajo control y protegerás la salud de tu batería.

Usa los cargadores originales y de alta calidad

Trata en lo posible de no usar cargadores genéricos. La mayoría no cumplen con los requerimientos necesarios para transmitir la energía de forma estable y segura. En casos de emergencia podrían ser una solución temporal, pero no se recomienda su uso frecuente porque causan daños significativos.

Es fundamental utilizar accesorios originales o, en su defecto, que tengan alta compatibilidad con tu equipo, para evitar riesgos como cortocircuitos o incendios. En la actualidad, uno de los formatos más recomendados es la tecnología GaN (nitruro de galio) que es la más avanzada y reciente.

También tienes otras alternativas que podrías aprovechar, como el USB Power Delivery (PD), Quick Charge (QC) o Adaptive Fast Charging (AFC), siempre y cuando cuenten con los requisitos necesarios.

Carga tu teléfono siguiendo este rango de porcentaje

El teléfono móvil se ha convertido en el aparato electrónico con el cual interactúas por más tiempo durante el día porque tienes todo lo que necesitas al alcance de tu mano y en un solo lugar, lo que te permite resolver cualquier cantidad de asuntos de manera rápida.

Ahora bien, al ser un dispositivo de uso frecuente e inalámbrico, es necesario contar con energía suficiente para su funcionamiento. Es así como, a lo largo del tiempo, se han extendido diversas creencias populares, que sugieren llevar el smartphone al límite de la descarga profunda, lo cual no es tan beneficioso como parece.

En realidad, debes cargar tu móvil para dejarlo en un rango entre 20% y 80%, incluso los iPhone cuentan con una característica especial para esto. Este límite impide que haya una exigencia mayor para las celdas y permite que la batería se mantenga en buen estado por mucho tiempo.

Evita dejar cargando el móvil por más tiempo de lo necesario

Puede parecer muy eficaz despertar y tener el teléfono cargado al 100%, luego de haberlo dejado conectado durante toda la noche, pero la verdad es que estás desgastando progresivamente tu batería durante cada ciclo de carga. 

También importante verificar la superficie sobre la cual dejas el móvil mientras está enchufado, evita dejarlo en espacios muy cerrados o sobre materiales que generan calor. Si hay temperaturas elevadas en el lugar donde te encuentras, abre las ventanas o enciende algún tipo de ventilación, para distribuir mejor el calor en la habitación y que no afecte directamente al dispositivo. 

El orden en el que conectas las cosas puede influir, ya que primero va el conector hacia el enchufe y después es que se vincula con el teléfono. En sí, estos son los malos hábitos más comunes que hay entre los usuarios y por eso hay que tomar la iniciativa de eliminarlos para que no haya problemas con la batería en el futuro.

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