“Es equivalente a la Guerra Fría”
Teknalix junio 16, 2025 No hay comentarios

Desde hace ya unos cuantos meses, ha quedado claro que la carrera por la inteligencia artificial entre Estados Unidos y China no es solo una competición entre dos países y lo cierto es que no es para menos, ya que esta tecnología no es solo una herramienta más, se está convirtiendo en la base sobre la que se construye todo.
En la actualidad, la competencia por el liderazgo en el desarrollo de la inteligencia artificial entre China y Estados Unidos está que arde. Matt Sheehan, miembro del Carnegie Endowment for International Peace, comenta lo siguiente.
“Existe una preocupación generalizada de que cualquier desaceleración en el desarrollo de la IA por motivos de seguridad podría dar una ventaja estratégica al adversario”. Sheehan añade que “esta desconfianza mutua está destinada a arraigarse aún más con el tiempo”.
Marc Andreessen, uno de los inversores más conocidos del mundo tecnológico, lo ha dicho claro y afirma de forma contundente que estamos ante una nueva Guerra Fría. Pero en vez de luchar por armas nucleares, la batalla es por algoritmos, datos y chips. Los líderes de ambos países ya han puesto la IA en el centro de sus estrategias nacionales.
Esto no es solo una cuestión de orgullo nacional; se trata de poder económico, militar y geopolítico. El problema es que todo esto tiene sus peligros. Expertos en IA han advertido que se podría perder el control sobre estas tecnologías si no se es cuidadoso. Un mal uso de la IA podría tener consecuencias graves para la salud humana y la sociedad en general.
¿Por qué es tan importante ganar esta carrera? Porque la IA no es neutra
Por un lado, Estados Unidos apuesta por la innovación privada y la libertad tecnológica. Empresas como OpenAI, Google y Microsoft llevan la voz cantante, pero también hay una gran colaboración con el gobierno para asegurarse de que el país siga siendo el líder mundial en IA.
Por otro lado, China tiene un enfoque más centralizado y centrado en el propio país. El gobierno chino decide qué proyectos se financian, qué datos se usan y cómo se aplica la tecnología. El objetivo es convertir la IA en una herramienta de control social y de influencia a nivel mundial.
El gran problema de base es que cada uno teme que si uno de ellos frena su progreso por motivos de seguridad, el otro podría aprovechar esa oportunidad para adelantarse. Es una especie de juego de ‘quién se atreve a frenar primero’, y hasta ahora, nadie quiere ser el que dé el paso atrás.
Una batalla encarnizada que comenzó con el lanzamiento de DeepSeek
A principios de 2025, China sorprendió al mundo con el lanzamiento de DeepSeek, un modelo de IA generativa que compite de tú a tú con los mejores sistemas occidentales como ChatGPT de OpenAI.
Este avance dejó bien claro que China no solo está cerrando la brecha tecnológica, sino que también es capaz de estar al frente, incluso bajo las restricciones comerciales impuestas por Estados Unidos.
Pero Estados Unidos tampoco se ha quedado de brazos cruzados y al ver el avance chino, el gobierno estadounidense ha endurecido sus medidas tecnológicas, restringiendo el acceso de China a software de diseño para chips avanzados, esenciales para el desarrollo de la IA.
La última jugada de toda esta historia es la prohibición estadounidense a Nvidia para exportar su GPU H20 a China, un chip diseñado específicamente para cumplir con las restricciones previas.
Esto no es solo ha sido un golpe estratosférico económicamente hablando para la compañía —con pérdidas estimadas en 5.500 millones de dólares—, sino una prueba a gran escala sobre cómo los problemas políticos pueden cambiar de un día para otro el desarrollo tecnológico de un país entero.
La respuesta no tardó demasiado en llegar y Pekín respondió con amenazas de “medidas firmes” y restricciones a la exportación de minerales que son vitales para todo este proceso.
Por supuesto, si estos toman medidas, es normal que China reaccione. El Ministerio de Comercio calificó la medida de “intimidación y proteccionismo”, acusando a EEUU de romper la estabilidad de la cadena global de suministros tecnológicos.
Además, Pekín advirtió que cualquier empresa o persona que colabore con estas restricciones podría enfrentarse a sanciones bajo la Ley de Sanciones Antiextranjeras de China. Como respuesta inmediata, China ha prohibido la exportación de minerales como galio, germanio y antimonio a EEUU, vitales para fabricar chips de tal calibre y componentes electrónicos.
Como puedes ver, el resultado es simple y, cada vez que un país anuncia un nuevo avance, el otro reacciona con nuevas inversiones, regulaciones o alianzas. Por ejemplo, tras el lanzamiento de DeepSeek, Estados Unidos aceleró sus planes para desarrollar chips más potentes y apoyar a sus empresas tecnológicas.
Y cuando Estados Unidos frena y pone trabas a la exportación de tecnología, China responde buscando alternativas dentro de sus fronteras y reforzando su capidad tecnológica a nivel nacional. Y mientras ambos gigantes se ‘pisan’ el uno al otro con cada novedad, al resto del mundo le toca estar expectante y ver a qué resultado va a llevar todo esto.
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Etiquetas: Inteligencia artificial, Estados Unidos, Software
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