“Es como encender un radiador”
Teknalix julio 8, 2025 No hay comentarios

La imagen si caminas en pleno verano por las calles de algunas ciudades es la misma. Cuando llega esta temporada del año y el sol aprieta, las terrazas de Madrid, Castilla y media España se llenan de toldos verdes. Es tradición, es estética y, para muchos, es lo que ha visto toda vida.
Pero Jordi Martí, arquitecto técnico, ha puesto el grito en el cielo en redes sociales: “El toldo verde no funciona bien, es como tener un radiador delante de la ventana”. El motivo es muy simple y todo tiene que ver con la ciencia del color y cómo te protege, o más bien no, del calor.
Dando un poco de contexto, la costumbre de instalar toldos verdes viene de los años 60, cuando este color se puso de moda y hasta se convirtió en norma en barrios típicos de Madrid.
Pero la realidad es que los colores oscuros, como el verde botella, absorben mucha más radiación solar que los claros. El negro, por ejemplo, puede captar hasta el 98% de la radiación. El verde no llega a tanto, pero sigue siendo un imán para el calor.
El experto lo explica claro y comenta que cuando el toldo verde absorbe el sol, se calienta y ese calor acaba entrando en casa, como si tuvieras un radiador encendido justo encima de la ventana. El efecto es bastante más molesto en las horas de más sol, y aunque parezca que la sombra lo soluciona todo, la realidad es que el toldo está irradiando calor hacia el interior.
El arquitecto, con la idea de argumentar sus palabras, cita estudios como el del alemán Hubertus Pöppinghaus, que lleva años investigando cómo los colores y materiales influyen en la temperatura bajo los toldos.
La conclusión es que los tejidos claros y reflectantes son mucho más eficaces para repeler el calor. Un toldo blanco, por ejemplo, refleja la mayor parte de la radiación solar y se mantiene mucho más fresco.
Pero hay más y la mejor solución, según los expertos, es combinar una cara blanca hacia el sol con una oscura hacia el suelo, y usar recubrimientos especiales de baja emisividad en el interior. Así, se eleva a la máxima potencia la protección y se minimiza la entrada de calor en casa.
¿Qué toldo deberías poner para no achicharrarte en verano?
De forma simple y yendo al grano, si quieres frescura, olvídate del verde oscuro y apuesta por tejidos blancos o muy claros. Estos materiales reflejan la luz y el calor, evitando que el toldo se convierta en una fuente de calor extra. Si además el toldo tiene una cara interior oscura y un recubrimiento especial, aún mejor.
Otra recomendación es elegir tejidos con alta reflectancia y baja emisividad, es decir, que no solo reflejen el sol, sino que tampoco irradien calor hacia dentro. Hoy en día existen toldos técnicos que tienen varias capas y materiales para conseguir este efecto, y aunque suelen ser más caros, desde luego que notarás el ahorro a la larga.
Eso sí, si eres de los que no quiere renunciar al verde por motivos estéticos o por las normas de la comunidad, al menos busca tejidos con tratamientos reflectantes y evita los tonos más oscuros. Y recuerda que cuanto más claro, mejor.
Pero la solución definitiva, según el estudio de Pöppinghaus, no es solo el toldo artificial. Lo ideal sería tener sombra natural, como la de un buen árbol, que además de bloquear el sol, enfría el aire a través de la evaporación. Sin embargo, esto ya es pedir demasiado en muchos casos, sobre todo si hablamos de capitales como Madrid.
La gran duda ahora es que si a nivel científico está tan claro, por qué seguimos llenando las ciudades de toldos verdes. De nuevo, aquí gana la tradición, la estética y, muchas veces, en las normas de las comunidades de vecinos. El verde se asocia a lo clásico, a lo ‘bonito’ y, durante décadas, fue casi obligatorio en muchas zonas de España. Además, los tejidos verdes aguantan bien el paso del tiempo y disimulan mejor la suciedad.
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