“Es como abrir una cápsula del tiempo”

Teknalix junio 27, 2025 No hay comentarios

“Es como abrir una cápsula del tiempo”

Comprar dispositivos de segunda mano en mercadillos o por Internet suele venir acompañado de sorpresas, casi siempre relacionadas con la información que el dueño anterior dejó sin borrar. Habitualmente son datos o archivos personales sin mayor trascendencia, y en la mayoría de ocasiones no pasa de ser una curiosidad pasajera. 

Sin embargo, en el caso de Thomas, un coleccionista apasionado de la electrónica vintage, la historia tomó un giro inesperado cuando compró un iPod usado para añadirlo a su colección.

No buscaba nada especial, solo un gadget antiguo que encajara con sus objetos retro. Pero al encender el dispositivo se encontró con algo mucho más interesante de lo que imaginaba: en el disco duro del reproductor había una serie de grabaciones etiquetadas como “Confidencial”

Es importante mencionar que no eran simples audios personales ni música olvidada del dueño anterior, sino una serie de archivos de audio que guardaban conversaciones técnicas internas de Apple, donde se podía escuchar una ventana al proceso creativo de una de las empresas más influyentes del mundo de la tecnología.

Valor de mercado de Apple

Grabaciones que revelan secretos de Apple

Estas grabaciones mostraban discusiones sobre proyectos, así como prototipos que nunca llegaron a ver la luz. Entre los temas que se podían escuchar estaban ideas como un iPhone nano o las primeras fases de desarrollo del Apple Watch, además de funciones de iOS que finalmente no se implementaron. 

Cabe destacar que el hallazgo resulta especialmente valioso porque permite asomarse al lado oculto de la innovación, al trabajo detrás de cámaras que queda fuera de la vista pública de Apple. 

Consciente de la importancia del material y de lo que tenía en su poder, Thomas quiere actuar con responsabilidad y su intención es contactar con expertos en tecnología y asesores legales para saber cómo manejar esta información y compartirla, respetando siempre la confidencialidad y los posibles límites legales. 

Este caso recuerda que, a veces, un objeto cotidiano o aparentemente banal que se puede comprar en un mercadillo de segunda mano o a través de internet, puede esconder mucho más de lo que parece, y esta historia es un claro ejemplo de ello. 

Lo que encontró esta persona en un disco duro de segunda mano es sorprendente

Nadie espera encontrarse con una base de datos personales mientras curiosea en un mercadillo. Pero eso fue justo lo que sucedió en los Países Bajos, donde la compra de cinco discos duros usados por apenas 25 euros terminó destapando una de las fugas de información más grandes.

Robert Polet compró los discos en un mercado de segunda mano y descubrió al llegar a casa que los dispositivos no estaban vacíos. En su interior había 2,5 terabytes de datos, incluyendo expedientes médicos de cientos de pacientes de Utrecht, Houten y Delft

No se trataba de simples documentos antiguos, sino de archivos con números de la seguridad social, historiales clínicos, fechas de nacimiento y domicilios. La información pertenecía originalmente a Nortade ICT Solutions, una empresa especializada en tecnología para el sector sanitario que había cesado sus operaciones. 

Según la normativa neerlandesa, cualquier soporte que contenga información médica debe ser eliminado por profesionales certificados que garanticen la destrucción completa de los datos. En este caso, el protocolo no se cumplió.

Una habitación tecnológica

Todo apunta a que alguien dentro de la empresa optó por una salida más barata: vender los discos en lugar de pagar por su eliminación. A cinco euros la unidad, pasaron de manos sin que nadie comprobara su contenido. El resultado fue una filtración masiva de datos personales con un coste potencial incalculable en términos de privacidad.

Este caso pone en evidencia hasta qué punto los dispositivos de almacenamiento usados pueden convertirse en una bomba de relojería si no se gestionan correctamente. Basta una decisión negligente para que información protegida por leyes de privacidad acabe en manos desconocidas. Y todo, por ahorrarse unos euros.

La historia ha reabierto el debate en los Países Bajos sobre las responsabilidades legales de las empresas que manejan datos confidenciales, incluso después de cerrar. 

También ha puesto sobre la mesa la necesidad de reforzar los controles sobre el reciclaje de hardware, especialmente en sectores tan sensibles como la sanidad. Porque lo que parecía una simple compra de segunda mano acabó destapando un fallo estructural en la cadena de custodia de la información.

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