El ‘boom’ de los coches eléctricos viene con efecto secundario inesperado para los conductores: “Es culpa del cerebro”

Teknalix junio 24, 2025 No hay comentarios

El ‘boom’ de los coches eléctricos viene con efecto secundario inesperado para los conductores: “Es culpa del cerebro”

En 2024, el 22% de los coches vendidos en todo el mundo ya eran eléctricos, una cifra que no para de crecer cada año a ritmos ya exponenciales

Sin embargo, las redes sociales y los foros de conductores se han llenado de testimonios de personas que, tras años viajando en coches de gasolina o diésel sin problemas, ahora sienten mareos en esta ‘nueva’ forma de conducción. 

Si te preguntas qué está ocurriendo, la ciencia tiene la respuesta: el cerebro humano necesita tiempo para adaptarse a una forma de moverse completamente diferente.

William Emond, que investiga este fenómeno en la Universidad de Tecnología de Belfort-Montbéliard (Francia), lo aclara: “El cerebro está acostumbrado a anticipar el movimiento del coche por señales como el ruido del motor, las vibraciones o el cambio de marchas. En un eléctrico, todo eso desaparece, y el cerebro se queda sin referencias”. 

Un coche eléctrico cargando sus baterías

El resultado es un ‘choque sensorial’ que puede acabar en mareos, dolor de cabeza o incluso náuseas

Todo esto lo cierto es que empeora con algunas características propias de los eléctricos. Por ejemplo, la frenada regenerativa, que convierte la energía del frenado en electricidad para la batería, hace que el coche desacelere de forma más suave y prolongada. Según un estudio de 2024, este tipo de frenada está directamente relacionada con mayores niveles de mareo en los usuarios.

Y si lo estabas pensando, no, parece que nada tiene que ver esa ausencia de ruido. Las vibraciones del asiento, la aceleración instantánea y la falta de las señales de siempre hacen que el cerebro no sepa cuándo va a cambiar la velocidad o la dirección. 

Y cuando los sentidos mandan mensajes contradictorios —el oído interno dice que te mueves, pero los ojos y el cuerpo no lo notan igual—, llega el mareo, que, por si fuese poco, es aún peor en los pasajeros.

Elon Musk y robotaxi

Los conductores precisamente son los que menos pueden llegar a sufrir este problema, ya que son ellos los que anticipan cada movimiento. Saben cuándo van a girar, acelerar o frenar. Los pasajeros, en cambio, van ‘a ciegas’ y su cerebro no puede prepararse. Imagínate esto si se escala al mundo del taxi.

“Cuando el cerebro no tiene experiencia previa en ese entorno, necesita un periodo de adaptación”, explica Emond. Por eso, muchas personas se marean la primera vez que viajan en un eléctrico, pero los síntomas suelen irse con el tiempo.

Teniendo en cuenta este problema, la ciencia ya está buscando soluciones e investigadores de varios países están probando sistemas de luces ambientales, pantallas interactivas y vibraciones controladas que ayuden al cerebro a anticipar los movimientos del coche. 

El coche eléctrico lleva más de 100 años ‘muerto” y nadie lo sabía

Desde luego, este sistema de transporte parece la gran revolución del siglo XXI, pero la realidad es que llevan más de un siglo intentando despegar sin éxito. Así lo han concluido varios expertos que han revisado la historia y el presente de esta tecnología. 

Yendo con un poco de historia, a principios del siglo XX, un tercio de los taxis de Nueva York ya eran eléctricos, pero la llegada del Ford T y el auge del petróleo cambiaron todo esto para siempre.

El Ford T, más barato y con motor de combustión interna, desplazó rápidamente a los eléctricos, que tenían un gran problema que seguro que a más de uno le suena en la actualidad: la falta de infraestructura para recargar y una autonomía limitada. 

Además, en 1926 Estados Unidos concedió a las petroleras una exención fiscal del 27,5% de sus ingresos, un incentivo que ayudó a consolidar el dominio del combustible fósil y a que los coches eléctricos desaparecieran casi por completo de las calles. Para 1935, el Departamento de Energía estadounidense confirmaba que prácticamente no quedaban eléctricos en circulación.

Cien años después, ya ves que la situación no es muy distinta. Aunque la infraestructura de carga ha mejorado y los coches eléctricos están causando incluso estragos físicos a algunos, siguen existiendo obstáculos de todo tipo que frenan su adopción masiva. 

En Estados Unidos, por ejemplo, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ya ha supuesto un retroceso, ya que suspendió ayudas federales para instalar estaciones de carga y propuso un impuesto anual de 250 dólares para los propietarios de eléctricos.

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Etiquetas: Salud, Coche eléctrico