ChatGPT amenaza con acabar con millones de puestos de trabajo en los próximos años si no cambia la situación. Los programadores están en el punto de mira, pero ni siquiera el propio chatbot de OpenAI está a salvo en la carrera por dominar en IA.

La empresa de Sam Altman tiene un nuevo competidor: un agente de programación que no solo sigue patrones, puede generar secuencias desde cero, incluso reescribe literalmente su propio código. Darwin-Gödel (DGM) ha llevado el aprendizaje de la IA al siguiente nivel.

Una IA que aprende código de sí misma

El primer prototipo de Darwin-Gödel se probó en mayo de este año. Los investigadores detrás de esta IA querían crear un agente de programación automejorable, pero de una forma algo diferente a ChatGPT y otros chatbots.

Darwin-Gödel no solo se vuelve más inteligente con el uso, también es capaz de modificar su propia estructura para ofrecer mejores respuestas. La herramienta de IA guarda códigos que funcionan para utilizarlos en el futuro, añade variaciones y corrige los fallos. 

Este agente de programación no requiere un costoso proceso de reentrenamiento en el que añadir más información y ejemplos, ni siquiera necesita un profesional humano para realizar ajustes en el código.

Darwin-Gödel ha acabado con los límites de la IA hasta el momento. La inteligencia artificial solo podía ejecutar las acciones que solicitaban los usuarios, ahora puede cambiar radicalmente su funcionamiento sin que ningún programador modifique el código. 

Este modelo realiza actualizaciones automáticas, puede leer sus propios archivos en Python, probar procesos y llevarlos a la práctica si ha comprobado que funcionan. Darwin-Gödel emplea el método de prueba formal con resultados medibles en lugar del clásico prueba y error mucho más lento y costoso.

Adiós definitivo a los programadores

Los programadores tenían una situación complicada desde la llegada de Codex para ChatGPT y otras herramientas de codificación, ahora solo ha empeorado. Darwin-Gödel es totalmente autónomo.

El trabajo de los programadores cambiaría para siempre con la llegada de la IA. Los agentes de programación se encargarían de realizar el código, y un profesional lo revisa y añade las correcciones necesarias.

Darwin-Gödel prescinde totalmente de los humanos. La máquina puede añadir mejoras a su código y modificar su propia estructura si no consigue dar con una respuesta, así que la aportación de los programadores ya no es necesaria.

Los resultados de Darwin-Gödel hablan por sí solos 

Los investigadores han puesto a prueba las capacidades de DGM en el banco de pruebas SWE, un parámetro para medir la reparación automatizada de código. Los primeros resultados han superado todas las expectativas.

Darwin-Gödel empezó a generar código con una tasa de éxito del 20%. Tras un uso continuado del agente de programación, la cifra de acierto se ha disparado al 50%, más del doble del valor inicial. 

El agente de IA no ha necesitado un entrenamiento adicional ni ha contado con ayuda externa, simplemente se ha mejorado a sí mismo. Cada versión de Darwin-Gödel es más inteligente y eficiente que la anterior.

Conoce cómo trabajamos en ComputerHoy.

Etiquetas: Inteligencia artificial, Programación