Guardar capturas de pantalla en el móvil es algo habitual, ya sea una dirección que quieres recordar, una imagen que te ha llamado la atención, un texto interesante que no puedes leer en ese momento, entre otras cosas que quieres tener a mano cuando lo necesites.

Pero cuando las capturas se convierten en cientos o miles, sin orden ni motivo claro, la cosa cambia. Según el experto en tecnología Pau García-Milà, ha desvelado en un vídeo publicado en TikTok que este hábito aparentemente normal puede ser una señal de algo más profundo: el TDAH.

El uso compulsivo del botón de captura se ha convertido en una especie de mecanismo de defensa mental. Para quienes padecen Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, es una forma de no perder información, de tenerlo todo “guardado para después”.

García-Milà explica que esta práctica funciona como una lista mental, donde haces una captura porque sientes que ese contenido es importante, aunque no tengas un plan claro sobre cuándo volverás a verlo. El resultado es un carrete que se llena sin parar, que ocupa almacenamiento.

Para el experto, ese patrón puede convertirse en una pista clave para detectar TDAH, esto significa que si tienes más de 2.000 capturas de pantalla en el móvil y no sabes ni de qué son, es casi seguro de que tengas este trastorno neurobiológico 

¿Qué es el TDAH y cómo se relaciona con las capturas de pantalla?

El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad es una condición neurológica que afecta a millones de personas en todo el mundo. No es exclusivo de los niños, de hecho, muchos adultos viven con él sin saberlo, atribuyendo sus dificultades a la falta de organización o el estrés.

Afecta funciones clave del cerebro como la atención sostenida, el control de impulsos y la planificación. Ante esa dificultad para estructurar tareas, las personas afectadas desarrollan mecanismos improvisados. Las capturas de pantalla son uno de ellos, que se convierten en un modo rápido de no perder información, pero sin contexto.

Este hábito va acompañado de otros comportamientos característicos, como decenas de notas que nunca se revisan, listas inacabadas, pestañas abiertas durante días o correos electrónicos marcados para después que nunca se responden. Es una constante lucha contra la saturación mental.

Cabe destacar que en ese contexto, las capturas son solo la punta del iceberg. Y es que no son el problema, sino una manifestación visible de algo mucho más complejo, que es la necesidad de externalizar la memoria sin un sistema claro para gestionarla.

Hacer screenshots no tiene nada de extraño, el problema aparece cuando se convierte en un impulso. Cuando haces decenas al día sin un motivo claro, cuando no puedes dejar pasar nada sin guardarlo y la galería de imágenes empieza a parecer una carpeta olvidada llena de ideas sin sentido.

A diferencia de quienes usan las capturas como herramienta puntual —para recordar una receta, un número de cuenta, una foto interesante—, las personas con TDAH acumulan sin filtro. La intención no es práctica, sino ansiosa. 

Necesitan registrar todo porque temen olvidarlo, aunque no sepan qué harán con esa información después. Al final, esa acumulación no solo ocupa espacio en el móvil, sino que también alimenta la frustración, el desorden mental y la sensación de pérdida de control.

¿Qué hacer si te sientes identificado?

Lo primero, no hay que saltar a conclusiones, ya que tener muchas capturas no significa automáticamente que tengas TDAH. Pero si esa práctica va acompañada de otros síntomas —dificultad para concentrarte, impulsividad, olvido de tareas, sensación de estar constantemente saturado— quizá sea momento de observar con más atención tus propios hábitos.

En ese caso, consultar con un profesional de la salud mental es el siguiente paso. Un diagnóstico adecuado puede ayudar a entender tu comportamiento desde otro enfoque, y sobre todo, a aplicar estrategias efectivas para mejorar tu calidad de vida.

Existen terapias, técnicas de organización, así como herramientas digitales específicas para personas con TDAH. Desde métodos de planificación visual hasta aplicaciones pensadas para gestionar el tiempo, el correo o las tareas diarias de forma clara. Identificar el problema no solo alivia, también permite recuperar el control.

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Etiquetas: Smartphones, Salud