“Es más simple de lo que crees”
Teknalix julio 5, 2025 No hay comentarios

Preguntar cómo hackear un cajero puede parecer, de entrada, una provocación, pero si matizamos la pregunta con un “legalmente”, la historia cambia por completo. Lejos de estar hablando de delitos informáticos, estamos entrando en el terreno profesional de la ciberseguridad.
Se trata de un mundo donde los bancos contratan a expertos en seguridad para comprobar si sus propios sistemas son vulnerables, una acción que les ayuda a protegerse de los hackers y de otras amenazas importantes.
Y aquí es donde entra la IA, que al recibir esta pregunta respondió lo siguiente: “Es más simple de lo que crees”. Una frase directa que no apunta a lo ilegal, sino a lo sorprendentemente sencillo que puede ser encontrar fallos cuando nadie los ha corregido.
¿Se puede hackear un cajero sin saltarse la ley?
No, no puedes hacerlo por tu cuenta, ni siquiera por curiosidad. El término hackear implica acceso no autorizado, algo que la ley penaliza con cárcel. Sin embargo, hay un contexto en el que hacerlo es totalmente legal y, de hecho, necesario, como lo son las pruebas de penetración o pentesting.
Estas auditorías forman parte de los protocolos de seguridad de muchas entidades bancarias, que contratan a profesionales certificados para intentar entrar en sus propios sistemas y descubrir posibles fallos. La diferencia clave es el permiso, con él, no estás cometiendo un delito, sino reforzando una defensa.
Las auditorías a cajeros no se basan en magia ni en películas de hackers tecleando frenéticamente. En realidad, son procedimientos sistemáticos que buscan puntos débiles concretos, como contraseñas por defecto que nunca se cambiaron, sistemas operativos desactualizados, puertos de red abiertos o malas configuraciones internas.
El trabajo consiste en simular un ataque real, pero sin dañar nada. Herramientas como Metasploit o nmap permiten a estos profesionales mapear vulnerabilidades y comprobar si una intrusión sería posible en un entorno real. Y lo más curioso es que, en muchas ocasiones, los errores detectados son tan obvios que cuesta creer que sigan presentes.
Por qué es “más simple de lo que crees”, según la IA
Cuando le planteamos esta pregunta a la inteligencia artificial, su respuesta sorprendió precisamente por lo directa que fue: “Es más simple de lo que crees”. Pero no porque sea sencillo hackear un cajero, sino porque muchos de los sistemas siguen expuestos por pereza.
No se trata de técnicas avanzadas, lo que un profesional autorizado detecta son fallos comunes, como falta de mantenimiento o protocolos inseguros. El mensaje de la IA no es una invitación a hackear, sino una alerta, donde la ciberseguridad sigue siendo un eslabón débil en demasiadas infraestructuras críticas.
Si te interesa este mundo, debes saber que es una de las profesiones con mayor crecimiento en la actualidad. Los expertos en ciberseguridad —también conocidos como white hat hackers— se encargan de proteger los sistemas antes de que alguien los explote.
Puedes estudiar para ser analista de sistemas, auditor de redes o consultor de seguridad, y participar en proyectos reales donde se simulan ciberataques para mejorar la protección. El pentesting no solo es legal, es esencial. Y detrás de cada análisis hay una idea clara de prevenir antes que lamentar.
Al final, la respuesta de la IA no era tan descabellada como parecía. Sí, se puede hackear un cajero de forma legal, pero solo si lo haces con autorización expresa y dentro de un entorno profesional. No se trata de un truco al alcance de cualquiera, sino de una práctica cada vez más común en el mundo de la ciberseguridad.
Una experta en ciberseguridad dice cuál es el aparato más fácil de hackear
Seguramente piensas en ordenadores, móviles o servidores cuando se habla de ciberseguridad. Sin embargo, hay un dispositivo que suele quedar fuera del radar y que, paradójicamente, representa uno de los mayores riesgos en tu red de trabajo: la impresora. Especialmente las inalámbricas.
Lo que debería ser una herramienta útil puede convertirse en una puerta de entrada para hackers si no la utilizas correctamente. Cabe señalar que lo primero que deberías saber es que una impresora moderna es, en realidad, un pequeño ordenador con su propio sistema operativo.
Al estar conectada a la red, permite imprimir documentos desde el móvil, enviar escaneos por correo o acceder a carpetas compartidas. Todo eso está bien, siempre que se mantenga actualizada. Y ahí está el problema, ya que muchas empresas no instalan los parches de seguridad ni cambian las contraseñas por defecto, lo que deja el equipo completamente expuesto.

Montaje/Pexels
Desde un punto de vista técnico, el riesgo es evidente. Una impresora desprotegida puede tener puertos abiertos, permitir accesos remotos no autorizados y guardar documentos escaneados sin ningún tipo de cifrado. Esto no solo compromete la privacidad de la información, también pone en peligro otros equipos conectados en la misma red.
Todo porque nadie pensó que fuera necesario actualizar ese aparato que simplemente “imprime”. Pero esto tiene solución. Si formas parte del equipo de TI de tu empresa, deberías incluir las impresoras en los protocolos de seguridad.
Asegúrate de que el firmware esté actualizado, cambia las contraseñas por defecto y desactiva cualquier función que no utilices, como el control por web. Si no lo haces, podrías estar dejando abierta una puerta invisible en tu oficina. La impresora puede ser el agujero perfecto para los hackers.
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Etiquetas: Inteligencia artificial
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