“Podría crear un escenario a lo Mad Max donde los humanos serán básicamente inútiles”

Teknalix julio 4, 2025 No hay comentarios

“Podría crear un escenario a lo Mad Max donde los humanos serán básicamente inútiles”

Mientras muchos se centran en como la inteligencia artificial acabará con millones de empleos, hay una amenaza más silenciosa que ya está aquí y que no nos hemos dado cuenta: que nuestras habilidades y conocimientos pierdan valor en el mercado laboral.

No se trata solo de quedarse sin trabajo, sino que lo preocupante es conservarlo y, aun así, no poder vivir con dignidad. Así lo explica David Autor, economista del MIT, que plantea un escenario donde la IA no destruirá puestos de trabajo, pero sí debilitará la base económica de tus tareas diarias. 

Un futuro en el que tener empleo no garantizará estabilidad, y la competencia será por un salario cada vez más ajustado, pero suficiente solo para cubrir lo básico. Un mundo precario, sin grandes catástrofes financieras, pero con un impacto real en la calidad de vida.

Inteligencia artificial qué es

Cuando trabajar dejará de tener valor

Durante décadas, saber hacer algo con precisión era una garantía de estabilidad, como escribir a máquina, conducir, montar un motor, redactar informes, todo eso tenía un precio, porque no todo el mundo podía hacerlo. Ahora, con la automatización, ese valor empieza a diluirse

No porque las personas sean menos capaces, sino porque las máquinas son más veloces. La IA multiplica la disponibilidad de ciertas tareas, lo que antes era un oficio, hoy se replica en segundos. Traducciones automáticas, asistentes virtuales, diagnósticos preliminares, atención al cliente. 

El resultado no es el desempleo inmediato, sino la devaluación. Como ocurrió con los mecanógrafos o los taxistas, podrás seguir trabajando… pero ya no valdrá lo mismo. Al final, esto empujará a muchos hacia empleos donde no se necesita formación, ni experiencia, ni especialización.

Trabajo habrá, pero mal pagado, sin posibilidad de ascenso y con la sensación constante de que se puede ser reemplazado. Incluso quienes siguen en su sector sentirán que su papel se ha reducido, en el cual tendrán menos decisiones y más supervisión de sistemas autónomos. El trabajo se simplificará, pero también perderá sentido para muchos profesionales.

David Autor usa la imagen de Mad Max para describir este nuevo equilibrio, en el cual se imagina un mundo desigual, donde unos pocos concentran los beneficios de la tecnología y el resto compite por lo poco que queda. Una distopía laboral en la que hay una lucha constante por puestos sin protección, sin salario digno, sin margen para el error.

La mala noticia es que no hace falta imaginarlo, ya que en muchos sectores ya se intuye, donde las oportunidades se concentran desarrolladores de IA, inversores, arquitectos de sistemas complejos. El resto se enfrenta a tareas cada vez más fragmentadas, más vigiladas y menos valoradas. 

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Lo que las empresas ya están buscando

Este proceso no es inmediato, pero está en marcha, y lo notamos en cómo han cambiado las ofertas de empleo. Se buscan perfiles flexibles, capaces de adaptarse a entornos cambiantes, con habilidad para usar herramientas de IA, aunque no sean expertos. Por ello, ya no basta con hacer bien una sola cosa, ahora hay que aprender rápido, combinar saberes, entender procesos que no están escritos.

Las empresas ya no valoran tanto la especialización, sino la capacidad de navegar en entornos donde la tecnología cambia cada seis meses, como la creatividad, la comunicación, el criterio. Eso es lo que empieza a marcar la diferencia, pero no todo el mundo ha tenido acceso a ese tipo de formación, si no se corrige, esa brecha solo va a crecer.

Lo importante, como recuerda Autor, es entender que esto no es inevitable. La IA no tiene por qué profundizar la desigualdad, puede ser una herramienta para ampliar el acceso a la sanidad, a la educación, al trabajo con sentido, pero eso no va a pasar solo, hay que diseñarlo.

Al final, eso implica decisiones políticas, inversiones bien dirigidas, empresas que no solo busquen eficiencia, sino impacto social, por lo que no se trata de frenar la innovación, sino de usarla para elevar el valor del trabajo humano. La mayor preocupación no debería ser que la IA te quite el trabajo, debería ser que lo convierta en algo que ya no sirve para ganarte la vida.

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Etiquetas: Inteligencia artificial