la inteligencia artificial se convierte en la gran salvadora de los profesores
Teknalix junio 30, 2025 No hay comentarios

La inteligencia artificial ya está transformando la educación que, incluso en Estados Unidos, miles de profesores han incorporado herramientas de IA en su trabajo diario. Según una encuesta realizada por Gallup junto a la Fundación Walton, su uso permite ahorrar hasta seis semanas al año de trabajo.
El impacto que reflejan las estadísticas es tangible, puesto que más del 60 % de los docentes en centros públicos afirma estar utilizando IA, sobre todo para tareas repetitivas, planificación de clases o para crear actividades para los alumnos.
Según el estudio, no se trata de trabajar menos, sino de trabajar mejor, y es aquí donde los profesores que usan esta tecnología en su día a día afirman que ganan hasta seis horas semanales, las cuales reinvierten en otras acciones.
Preparan materiales personalizados, ofrecen comentarios más detallados y mantienen una comunicación más fluida con las familias. Al final, el ahorro de tiempo no es solo administrativo, también emocional, por lo que se les permite centrarse en lo que realmente importa.
Cómo se está usando la IA en las escuelas
En la práctica, las aplicaciones más frecuentes son la generación automática de actividades, la adaptación de contenidos según el nivel del estudiante, la planificación de sesiones y la corrección de tareas. Aunque el informe no menciona herramientas concretas, se habla de plataformas interactivas, asistentes virtuales y sistemas adaptativos que aprenden del comportamiento del alumno.
La presencia de la IA es especialmente destacada, aunque no exenta de críticas. Muchos profesores se muestran reticentes, en algunos casos por desconfianza, en otros por falta de formación.
Lo cierto es que el impacto solo es real cuando se usa de forma continuada. Los docentes que han probado estas herramientas de forma esporádica apenas notan diferencia. Es el uso regular el que marca la diferencia, tanto en tiempo como en calidad educativa.
El problema es que muchas escuelas ni siquiera han empezado ese camino, puesto que solo el 19 % cuenta con políticas específicas sobre inteligencia artificial. Sin un marco claro, la adopción es desigual, y los beneficios no llegan a todos por igual.
Uno de los hallazgos más positivos del estudio es su impacto en la educación inclusiva. Más de la mitad del profesorado cree que la IA está ayudando a romper barreras de accesibilidad. Ese porcentaje asciende al 65 % entre quienes trabajan con alumnos con necesidades educativas especiales.
La capacidad de adaptar automáticamente el contenido, ofrecer explicaciones alternativas o traducir en tiempo real permite que más estudiantes accedan a la información en igualdad de condiciones. Esto no es una promesa, sino que ya está ocurriendo en muchas aulas.
También hay dudas, puesto que la rapidez con la que se están introduciendo estas herramientas inteligentes no ha ido siempre acompañada de reflexión. Profesores y alumnos expresan su preocupación por cómo puede afectar la IA al desarrollo del pensamiento crítico.
Un estudio del MIT Media Lab advierte que, si se abusa de los asistentes automatizados, se corre el riesgo de perder la capacidad de cuestionar lo que se nos ofrece. La comodidad de obtener una respuesta inmediata puede reducir la motivación por razonar, contrastar o dudar. Y esa es una habilidad que ningún sistema debería sustituir.
Faltan políticas claras
El potencial de los chatbots es enorme, pero no se desplegará solo. Las escuelas que han sabido integrar la IA lo han hecho con formación específica, acompañamiento y un marco normativo que define qué se puede hacer y qué no. Pero muchas otras no tienen ni siquiera una guía básica.
Sin coordinación, la inteligencia artificial corre el riesgo de agravar desigualdades, donde habrá centros donde sirva para mejorar la calidad educativa, y otros donde simplemente no llegue.
La brecha no es solo entre escuelas, también entre profesores y todo el personal educativo, en el cual algunos se sienten cómodos explorando nuevas herramientas, como Gemini o ChatGPT, mientras que otros, sin tiempo ni recursos, las ven como una carga más.
Si no se acompaña este proceso con políticas que garanticen igualdad de acceso, la IA acabará beneficiando solo a quienes ya están en ventaja. La IA ya no es un experimento en las escuelas, es una herramienta que, si se usa bien, puede regalar a los profesores su recurso más escaso: el tiempo.
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Etiquetas: Inteligencia artificial
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