La inteligencia artificial sigue siendo una tecnología que genera preocupación y sospecha. No solo en el ámbito laboral, donde se ha visto que está arramplando con todo lo que encuentra a su paso, sino también a la hora de comprar un producto.

Y es que la IA también ha modificado la forma de anunciar las cosas, ya que se ha introducido en las campañas promocionales de algunas firmas, que han encontrado en esta tecnología un gancho fácil para anunciar sus productos de una forma diferente.

Y eso, precisamente, no es lo que más le gusta a la gente, que desconfía más de la calidad y veracidad de un producto con publicidad generada por IA que de otro que no haya empleado esta solución para promover las compras.

Así lo han señalado recientemente diferentes estudios de investigación llevados a cabo por la Universidad Estatal de Washington y la Universidad de Temple, que sugieren que el uso de esta tecnología a la hora de hacer atractivo un producto para que un usuario lo compre en ocasiones puede ser contraproducente.

“Cuando pensábamos en este proyecto, creíamos que la IA mejoraría” en la disposición de compra de los consumidores, “porque todos la promocionan en sus productos”, ha señalado Dogan Gursoy, profesor regente de la Gestión de Empresas Hoteleras en la Universidad Estatal de Washington, que es también uno de los autores de los estudios. “Al parecer, tiene un efecto negativo, no positivo”, ha añadido.

El ‘Impulsado por IA’ que asusta

Para llegar a esta conclusión, los investigadores llevaron a cabo un experimento en el que reunieron a dos grupos de alrededor de 100 personas cada uno. El primero de ellos leyó anuncios de productos y servicios ficticios que incluían los términos inteligencia artificial  o impulsado por IA. 

El otro grupo, en cambio, expuso promociones en los que se utilizaban términos diferentes, menos directos y, por lo tanto, potencialmente menos sospechosos. Por ejemplo, nueva tecnología o equipado con tecnologías de vanguardia. 

El resultado de la prueba fue muy claro: los miembros del grupo que vio el texto relacionado con la IA fueron menos propensos a decir que querrían probar los productos que los que los vieron anunciados sin mencionar esta tecnología.

Según estos expertos, el motivo por el que la gran mayoría se interesó por los productos anunciados de forma más tradicional es que las decisiones provienen más del corazón que de la cabeza y que, básicamente, dependen de las emociones de los compradores.

De esta manera, los más escépticos lo eran porque no entendían cuál era el motivo por el que las empresas habían introducido la inteligencia artificial en esa publicidad o si su uso representaba algún riesgo para la seguridad. Esto, por tanto, les impedía evaluar con claridad si querían realizar una adquisición.

Por otra parte, Gursoy y compañía han descubierto que, para algunos usuarios, la IA no aporta demasiado a los propios productos en los que están interesados. 

Es el caso de los electrodomésticos. “Un refrigerador inteligente suele tener un precio elevado, requiere actualizaciones de software periódicas y puede generar problemas de privacidad si rastrea tus compras o hábitos alimenticios”, ha explicado.

Cuestión generacional

La firma de investigación de mercado Parks Associates ha hecho un estudio paralelo, utilizando distintos métodos y una muestra de mayor tamaño, aunque sus resultados han sido muy similares en relación a cómo reaccionan los consumidores cuando se promocionan distintos artículos con IA.

“Les preguntamos directamente a los consumidores: ‘Si vieran un producto que les gusta y que se anuncia con IA, ¿eso los haría más o menos propensos a comprarlo?”, ha propuesto Jennifer Kent, que es la vicepresidenta de investigación de Parks Associates.

Esta vez, por tanto, se encuestó a 4.000 personas, de las cuales el 18% afirmó que la IA aumentaría su probabilidad de compra, el 24% dijo que la reduciría y, para el 58% no supuso ninguna diferencia.

Además, al contrario que en la investigación anterior, que no se tuvo en cuenta el factor generacional, este estudio sí lo ha hecho, evidenciando que los más jóvenes generalmente están más abiertos a este tipo de promociones y no tanto los más mayores.

De ese modo, entre los encuestados más jóvenes (con un rango de edad de 18 a 44 años) entre el 14 y el 27% afirmó que probablemente compraría un producto anunciado con IA, en comparación con el 18% del total.

Sin embargo, entre los encuestados de 65 años o más, el 32% afirmó que sería menos probable que comprara un producto anunciado con IA, en comparación con el 24% del total.

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Etiquetas: Inteligencia artificial, Marketing