cómo la IA se ha convertido en la psicóloga de moda
Teknalix junio 28, 2025 No hay comentarios

Todo el mundo tiene problemas y contar con una mano inocente que sea capaz de ayudarnos en los momentos más oscuros suele ser la mejor alternativa para salir de ellos, pero no siempre contamos con el presupuesto suficiente para pagar por su servicio ni tampoco coincidimos siempre con ella en el mismo lugar.
¿Y si la inteligencia artificial pudiera ahorrarnos tiempo, desplazamientos y dinero y ayudarnos a resolver algunos conflictos internos? Esta pregunta ha pasado por la cabeza de mucha gente y, naturalmente, la respuesta es rápida: Afirmativo.
Dos de las principales virtudes de la IA son, por una parte, que se puede acceder a ella fácilmente y, por otra, que tienen mucho que ofrecer. También se convertido en el motor de cambio en el empleo y, aunque a muchos les cueste creerlo, ya es capaz de asumir tareas complejas y atribuibles al ser humano.
En definitiva, es una tecnología que pronto, si no lo está haciendo ya, asumirá funciones cada vez más especializadas en campos como la salud y la educación, como bien explicó Bill Gates en una entrevista en The Tonight Show y han señalado en otras ocasiones los investigadores de medios prestigiosos como Nature.
Compañía online ante la falta de tiempo y recursos
La psicología es una de las disciplinas que más está notando el auge de la inteligencia artificial, debido a que ya son muchos los que consideran que pueden acceder a ella a través de herramientas gratuitas y accesibles, como son Gemini, ChatGPT o Claude.
Estas plataformas están ideadas para capacidad de informar, responder y crear, también pueden consolar a las personas, entre otras de sus virtudes. En definitiva, tienen la misión de acompañar y eso es, precisamente, lo que necesitan muchas personas, sin profundizar en exceso en sus problemas ni recibir consejos que no quieren escuchar.
Y esto es delicado, ya que la IA puede suscribir una opinión a pesar de no ser correcta u objetiva, como también puede dar una solución equivocada a un problema ocometer las conocidas como alucinaciones, distorsiones de la realidad.
A esta conclusión han llegado medios especializados como la revista Nature, que en un reciente informe ha indicado que ChatGPT ofrece un complemento interesante a la psicoterapia para personas con problemas de salud mental que no hayan recibido ayuda profesional y, por tanto, que no hayan podido comprobar cómo es tener acceso a una experiencia real.
No obstante, expertos como Elreacy Dock, especializada en el comportamiento conductual, creen que estos chatbots también pueden servir de guía de iniciación en terapia, ya que con ellos se puede superar el estigma de pedir ayuda profesional para, después, acceder a ella de manera tradicional y legítima.
Un a IA para andar con pies de plomo
La problemática de un chatbot en el papel de un terapeuta se ha visto en casos sonados. Uno de ellos es el de Tomás Mazza, conocido streamer para los seguidores de La Velada de Ibai Llanos, contaba hace unos meses que ChatGPT le había servido como terapia y que, entre otras cosas, había llegado a usar esta herramienta como sustituta de un psicólogo o un psiquiatra porque no cobraba para ayudarle.
“Si lo sabes usar, es increíble, a nivel emocional. No es una persona, no es alguien que te quiera atrapar para que sigas haciendo sesiones, como un piscólogo o un psiquiatra”, le explicó al también youtuber René ZZ en su canal de pódcast ZZEN, insistiendo en que la clave de obtener las respuestas más certeras había sido “ser sincero”.
A pesar de haber insistido en que todos aquellos a quienes se lo recomendó se habían percatado del beneficio de utilizarla, Mazza no tardó en retractarse y en reconocer que la IA le había seguido el juego y, simplemente, le había respondido lo que él quería escuchar.
“Me mintió ChatGPT. Yo le había contado algo y, después, para ver su inteligencia, le conté otra cosa y me siguió el ritmo y le dije “opinas esto en vez de esto, me mentiste”. Me dijo: ‘Sí, te mentí'”, reconoció poco después en otra retransmisión, visiblemente molesto.
El caso de Mazza, que ha calado hondo entre los más jóvenes —que son los principales seguidores del youtuber— pone una vez más en evidencia cómo hay roles que no son sustituibles por las máquinas y que los usuarios deben andar con pies de plomo a la hora de plantearse lo que es capaz de hacer esta tecnología.
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