batería eterna y reparaciones exprés
Teknalix junio 28, 2025 No hay comentarios

A partir del 20 de junio, cada vez que vayas a comprar un smartphone o una tablet en la Unión Europea, te encontrarás con una etiqueta energética muy distinta a la que conocías dentro de la caja donde está el dispositivo.
No se trata solo de la clásica pegatina de la A a la G que ya conoces de comprar electrodomésticos, sino de un sistema mucho más completo que combina diferentes aspectos. El objetivo es que cuentes con información de primera mano —comentar que los plegables se quedan fuera de esta normativa— y tengas un conocimiento absoluto de cuánto va a dura ese dispositivo por el que probablemente has pagado medio riñón —o el riñón entero—.
Yendo al grano, lo primero que verás es la zona de identificación, una especie de tarjeta de visita que reúne tres datos clave: la marca, el modelo y un código QR. Ese enlace te llevará al Registro Europeo de Productos para el Etiquetado Energético (EPREL), una base de datos donde aparecen todas las especificaciones técnicas, informes de pruebas que se han realizado y documentación oficial del dispositivo.
“Ya no se limita únicamente a cuánta energía consume un dispositivo, sino que evalúa también cuánto tiempo lo va a poder usar en condiciones óptimas el usuario y sus posibilidades de reparación”, nos comenta en una entrevista para Computer Hoy Verónica Catediano, PR Manager en SPC.
La gran ventaja de todo esto es que, con un par de clics, tienes acceso a datos 100% reales, fiables y homologados, evitando así que nos la cuelen con falsas promesas llenas de puro marketing verde o especificaciones infladas. Eso sí, aquí en esta tarjeta del vivo X200 FE lo cierto es que no refleja la realidad, porque si accedes a la web verás que, por ejemplo, la duración de batería asciende a 58 horas y no tan solo una hora.

Computer Hoy
Punto por punto, esto es todo lo que encontrarás en la etiqueta energética de tu móvil o trablet
Clasificación energética
Por supuesto, la estrella de la etiqueta o pegatina es la clásica escala de la A a la G, donde la A significa el consumo más bajo y la G el más alto. Pero ojo, esto no depende solo de la batería porque aquí influyen el procesador, el tipo de pantalla (OLED, LCD, AMOLED), la eficiencia del software y hasta la gestión del ciclo de carga.
Si ves a pegatina de ese móvil que te quieres comprar y ves en su web o una vez que lo tengas en la mano que viene con letra A te va a garantizar un gasto moderado de energía en un uso mixto —navegación web, redes sociales, alguna llamada— mientras que una G probablemente suponga recargas frecuentes y mayor factura eléctrica.
No es que de una letra a otra haya un mundo a nivel económico, pero esto resulta útil si estás harto de andar con el cargador a cuestas. Tu próxima compra podría ir directa a la A para ganar tranquilidad y ahorrar aunque sea unos céntimos.

Computer Hoy
Duración de la batería
Justo al lado de la calificación energética aparece un indicador de autonomía: las horas y minutos que el dispositivo puede estar en marcha bajo condiciones homogéneas (mismo brillo, volumen, red). Aquí se establecen pruebas estandarizadas para que puedas comparar de una forma verídica.
Si uno promete 12 horas y otro 18, la diferencia se notará. Al final no todos son los miliamperios y, como ya hemos mencionado en otras ocasiones, el tema de la optimización es clave. Es decir, un móvil con 4.500 mAh puede darte más horas de uso que uno de 5.500 mAh. Conociendo el dato de las horas te podrás hacer una mejor idea.
Resistencia a caídas e índice de reparabilidad
Continuando con los datos que vas a ver, desde luego que ya no vale eso de “ay, se me ha caído y se ha destrozado por completo”. En la nueva etiqueta verás un índice de la A a la E que mide lo fuerte que es ante impactos. Todos los smartphones deben aguantar al menos 45 caídas simuladas, sin funda ni protector de pantalla; las tablets quedan exentas, por su diseño más grande.
“Se evalúa mediante un índice que comprende aspectos como el desmontaje, tipo de elementos de fijación, tipo de herramientas, disponibilidad de piezas de recambio, actualizaciones de software, información sobre el proceso de sustitución de componentes para el usuario final…”, añade la entrevistada.
Decirte que, si sueles ser cuidadoso, quizá con un C o D tengas suficiente y puedas priorizar otras especificaciones como por ejemplo la reparabilidad. Vas a encontrar también un baremo de la A a la E que refleja la facilidad para desmontar, conseguir repuestos y acceder a manuales técnicos.
Las marcas con calificación A obligan a talleres y usuarios a cambiar la pantalla o la batería sin buscar herramientas especiales. Las E, por el contrario, esconden tornillos extraños y manuales casi bajo llave, así que mucho cuidado con esto si quieres que el móvil te dure bastantes años.

Computer Hoy
Vida de la batería
Por otro lado, la degradación de las baterías ha sido durante años el talón de Aquiles de la telefonía móvil. Ahora verás un número que indica ciclos de carga hasta conservar un porcentaje de capacidad mínima: la norma exige un 80% tras 800 ciclos en smartphones y tablets. A partir de ahí, son libres.
Ese dato es lo mismo que decir que podrás tener al menos dos años y medio de uso intensivo antes de notar pérdida de autonomía notable.
Resistencia al polvo y agua
Por último está la certificación IP, conocida por las siglas IPXY, se desglosa en dos dígitos: el primero mide protección contra sólidos (polvo, arena), el segundo contra líquidos. Para smartphones la norma exige un mínimo de IP44 (salpicaduras de cualquier dirección y partículas de 1 mm), para tablets IP40 (polvo grueso y salpicaduras accidentales).
En el día a día, si vives en un sitio muy lluvioso o incluso con mucho polvo, este índice te dice si tu dispositivo va a aguantar a largo plazo o si deberías llevarlo en una funda de esas antiguas que los protegían al 100%. Un móvil con IP67 o IP68, desde luego, es de lo mejor que te puedes encontrar al respecto.
Tal y como resume Verónica Catediano: “Mi consejo es que, además de fijarse en el diseño o las especificaciones técnicas, el usuario preste atención a la nueva etiqueta energética. Elegir un dispositivo con una buena calificación no solo es una decisión más sostenible, sino también una inversión más inteligente a largo plazo”.
Deja de ser un sello de eficiencia para transformarse en una radiografía completa del dispositivo
Ahora bien, ¿qué ganas con tanta información? Primero, la capacidad de comparar con criterios realmente sólidos. Ya no es solo precio y cámara, sino también eficiencia y longevidad. Segundo, ahorro de energía y dinero, porque un móvil A consume menos batería y menos corriente. Tercero, autonomía y fiabilidad en el día a día, ya que sabrás cuánto durará tu dispositivo y si sobrevivirá a alguna que otra caída tonta.
Pero el verdadero motor de este etiquetado es la sostenibilidad. Al prolongar la vida útil, se reduce el volumen de residuos electrónicos, uno de los desechos de más rápido crecimiento en el mundo. Cada aparato que se evita tirar a los dos años genera menor extracción de metales, menos producción de CO2 y menos toxicidad en vertederos.
“Esta normativa va a impulsar la innovación tecnológica hacia productos más eficientes y el consumidor estará mejor informado y podrá tomar decisiones más conscientes y responsables al elegir su dispositivo”, finaliza la entrevistada.
Conoce cómo trabajamos en ComputerHoy.
Etiquetas: Smartphones, Leyes, Unión Europea, España, Baterias, Economía, Medio Ambiente
Deja un Comentario
Tu dirección de correo no será publicada. Los campos requeridos están marcados. *