Cuando una tormenta eléctrica se acerca, lo normal es que cierres las ventanas, desenchufes los aparatos electrónicos y esperes a que pase el mal tiempo. Sin embargo, lo que casi nadie hace —y que deberías hacer sin dudar— es desconectar el cable de antena del televisor. 

El cable delgado que conecta la antena exterior con tu casa puede convertirse en la vía perfecta para que una descarga eléctrica atraviese tu salón. Y no hace falta que el rayo caiga justo sobre tu vivienda, basta con que impacte en las cercanías para que cause daño.

Muchos creen que solo con apagar los dispositivos o usar regletas con protección contra sobretensiones es una medida útil, pero lo que no saben es que son insuficiente si el riesgo viene del exterior, como es el caso de las antenas instaladas en el tejado. 

Es importante mencionar que aquí es donde se desmonta la falsa sensación de seguridad, ya que puedes tener todo desenchufado, pero si el cable de antena sigue conectado, no estás a salvo, esto podría ser un peligro para todos tus electrónicos en casa. 

El enemigo invisible: por qué el cable de antena es tan peligroso

Las antenas exteriores, por estar elevadas y expuestas, son uno de los puntos más sensibles durante una tormenta. Si una de ellas recibe el impacto de un rayo —o incluso si cae cerca—, la energía busca el camino más rápido a tierra. Esa vía puede ser perfectamente el cable coaxial que entra en tu casa. 

A través de él, la descarga puede viajar a gran velocidad y terminar en el interior de tus dispositivos: desde el televisor hasta el router, el decodificador o cualquier otro equipo conectado. Y lo más preocupante es que esto puede ocurrir aunque hayas desenchufado todo de la corriente eléctrica. 

Hay numerosos casos documentados donde los daños no vinieron del enchufe, sino del cable coaxial que nadie pensó en desconectar. En algunos hogares, el resultado ha sido la pérdida total de aparatos, o incluso incendios provocados por cortocircuitos que comenzaron por la antena.

Si te estás preguntando si un protector de sobretensión te salvaría en esta situación, la respuesta es no. Esos dispositivos están diseñados para picos de tensión comunes, no para canalizar los más de 100 millones de voltios que puede liberar un rayo. 

Qué hacer antes de que empiece la tormenta (no después)

La única forma eficaz de evitar este riesgo es actuar con antelación. Cuando el cielo comienza a oscurecerse o el pronóstico avisa de actividad eléctrica, desconecta el cable de antena antes de que empiecen los primeros truenos, ya que esperar a que caiga el primer rayo puede ser demasiado tarde. 

Del mismo modo, si usas una antena exterior, es fundamental que esté conectada a una toma de tierra adecuada. Esta conexión permite que la energía de un rayo, si llega a la antena, se desvíe directamente al suelo sin afectar al interior de la vivienda. 

También existen protectores coaxiales que se instalan en la línea de antena para reforzar la seguridad, aunque su eficacia siempre dependerá de una instalación bien hecha. Otro error frecuente es creer que vivir en un piso alto o en un edificio con antena comunitaria te exime del riesgo. No es así. 

Si la instalación no cuenta con una buena conexión a tierra o si no dispone de sistemas de corte en caso de descarga, el peligro se mantiene. De hecho, en sistemas compartidos, la descarga puede distribuirse por todo el edificio y afectar a varias viviendas.

Consejos adicionales para proteger tu hogar

• Evita usar teléfonos fijos, puesto que las líneas telefónicas también pueden conducir descargas.
• No toques grifos ni electrodomésticos metálicos, especialmente si están conectados a sistemas de agua. El agua y el metal son excelentes conductores eléctricos.
• Desconecta módems, ordenadores, cargadores y consolas, especialmente si son sensibles o costosos. Apagarlos no basta, deben estar fuera de la red eléctrica y de cualquier otro tipo de conexión por cable.

Estas acciones no solo pueden salvar tus dispositivos, sino también protegerte a ti. El contacto con un aparato durante una descarga indirecta podría tener consecuencias graves. La prudencia, en este caso, va más allá de lo tecnológico.

En un hogar cada vez más lleno de dispositivos electrónicos, conviene recordar que los riesgos más graves a veces se esconden en los detalles que ignoramos. El cable de antena puede convertirse en la vía de entrada de una descarga capaz de estropear equipos o incluso provocar un incendio.

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