Tener 500 pestañas abiertas en el navegador no es solo un signo de desorden digital, según la inteligencia artificial, podría ser una señal clara de que estás sufriendo ansiedad. Pero antes de contarte lo que respondió ChatGPT, vale la pena contextualizar el fenómeno. 

Muchas personas acumulan enlaces, contenidos, así como tareas abiertas en Chrome o Edge sin llegar a cerrarlas nunca. No es una rareza, sino un patrón que se repite, especialmente en perfiles con alta carga mental o dificultad para tomar decisiones. Si es tu caso, conviene que te plantees por qué lo haces y qué dice eso de tu estado emocional.

Preguntamos al chatbot de OpenAI qué puede significar esta conducta y su respuesta apunta en una dirección clara: “Podrías estar sufriendo ansiedad”. Pero no es todo; lo que parece una simple costumbre puede revelar mucho más sobre tu relación con la información y contigo mismo. 

Cada pestaña abierta es una tarea sin resolver

No cerrar pestañas no es solo una cuestión de falta de tiempo o de organización. Según psicólogos y expertos en comportamiento, cada pestaña que mantienes abierta en el navegador representa una especie de compromiso que aún no has resuelto. 

Un artículo por leer, una compra pendiente, una idea por explorar. Esa acumulación de microtareas mantiene a tu cerebro en tensión, impidiendo que desconectes por completo.

Es importante mencionar que la IA lo resume así: “Una pestaña abierta puede parecer inofensiva, pero en realidad es una forma de recordarle al cerebro que hay algo sin terminar. Multiplica eso por cientos y tendrás un estado de saturación constante”.

No cierras pestañas porque te da miedo perder algo significativo, esa sensación de que “ya lo mirarás después” está muy extendida. Es lo que se conoce como FOMO digital, que es el temor a perderte algo, aunque ese algo no sea especialmente relevante. Quieres tenerlo todo a mano, por si acaso.

Pero en realidad, según ChatGPT, este comportamiento genera el efecto contrario: “Mantener tantas pestañas abiertas puede dar la ilusión de que estás al tanto de todo, pero en realidad es una forma de autoengaño que alimenta el estrés”. 

Una trampa en la que tú mismo te encierres, con la falsa esperanza de controlar lo inabarcable. Cuando abres muchas pestañas sin cerrarlas, también estás alimentando un patrón de procrastinación. 

Vas saltando de un tema a otro sin terminar nada, convencido de que estás haciendo mucho, cuando en realidad no terminas nada. Es multitarea mal gestionada, por lo que no es casualidad que este patrón sea frecuente en personas con ansiedad o saturación mental. 

Según la inteligencia artificial, “el navegador lleno de pestañas es, muchas veces, el reflejo exacto de una mente saturada”. No saber por dónde empezar, sentir que todo es urgente, y acabar atrapado en un bucle improductivo.

Qué puedes hacer para romper este círculo

Entender el problema es solo el primer paso. El segundo, quizá el más importante, es actuar. Cerrar pestañas no tiene por qué ser una tarea abrumadora, puede convertirse en un pequeño ritual de limpieza mental. Igual que ordenas tu escritorio físico, puedes ordenar tu navegador.

ChatGPT lo plantea de forma muy clara: “Cerrar pestañas es cerrar frentes. Y eso, en términos mentales, es salud”. 

Puedes ayudarte de extensiones para guardar lo importante —como Session Buddy— o establecerte un límite de pestañas abiertas. También puedes usar marcadores organizados por temas y fechas. Al final, lo fundamental es que liberes tu espacio mental.

También puedes usar marcadores bien organizados por temas o fechas, o incluso agendas digitales donde anotar enlaces que sí quieres consultar con calma más adelante. Y si lo prefieres, puedes fijarte un número máximo de pestañas abiertas al día: 10, 20, 30… lo que te resulte manejable.

Si ahora mismo tienes decenas o incluso cientos de pestañas abiertas, quizá sea momento de detenerte. No se trata de eficiencia ni de estética. Se trata de ti, de cómo estás por dentro. ¿Estás intentando controlarlo todo? ¿Te cuesta soltar?

Cerrar una pestaña puede parecer insignificante, pero también puede ser un gesto simbólico, así como una forma de darte permiso para dejar ir, para priorizar, para recuperar el foco. Porque, como dice la IA: “Tu forma de navegar también dice cómo estás por dentro”.

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Etiquetas: Inteligencia artificial, Curiosidades