Intel ha tomado la siempre difícil decisión de prescindir de algunos de sus trabajadores, hasta una quinta parte de los que trabajan en la fábrica, ante la caída de ventas que ha registrado en los últimos meses, una tendencia a la que se suma una competencia cada vez más feroz.

El vicepresidente de fabricación de Intel, Naga Chandrasekaran, ha sido el encargado de informar a todos los afectados por este recorte de lo sucedido. “Estas son medidas difíciles, pero esenciales para afrontar nuestros retos de asequibilidad y la situación financiera de la empresa”, ha dicho, asegurando que “son un sufrimiento para todos”.

Con este mensaje, el fabricante de chips ha anunciado que eliminará entre un 15 y un 20% de los puestos de trabajo que actualmente ofrece, unos 10.000, unos cuantos menos de los que dijo Bloomberg hace unas semanas.

Lo ha hecho sin concretar a qué áreas afectará principalmente esta medida, aunque sí se sabe que la implementará a nivel mundial y que inicialmente tendrá un impacto mayor en las fábricas que tiene en Oregón, tal y como ha avanzado Oregon Live. 

Tratará con “cuidado y respeto” a sus extrabajadores

Echar a la calle a miles de trabajadores no es plato de buen gusto para nadie y, aunque Intel no ha querido dar demasiada información sobre lo que planea llevar a cabo en julio, sí que ha insistido en que su postura no es fácil en absoluto y que “tratará a las personas con cuidado y respeto” durante todo el procedimiento.

Además, sabe de buena fe que esta oleada de despidos es lo que necesita para sobrevivir como empresa y reestructurar su modelo de negocio. “Eliminar la complejidad organizativa y empoderar a nuestros ingenieros nos permitirá atender mejor las necesidades de nuestros clientes y fortalecer nuestra ejecución”, ha asegurado desde la compañía.

Esta noticia, no obstante, no ha pillado por sorpresa a nadie, ya que la compañía anunció estos despidos en abril y la semana pasada avisó a todos los afectados por este recorte, a quienes avanzó que comenzarían el próximo mes. No obstante, hasta ahora no se había hecho pública la magnitud de estos recortes.

Según datos compartidos por la propia Intel, a finales de 2024 contaba con 109.000 empleados, muchos de ellos formaban parte de su negocio de fundición de sistemas enfocado a la inteligencia artificial, Intel Foundry. Éste incluye una amplia gama de trabajos, desde técnicos en la fábrica hasta investigadores.

Miles de desempleados que se suman a los 15.000 del año pasado

A la espera de que Intel haga oficial este recorte de personal, no está de más recordar que estos despidos se suman a los 15.000 anunciados en agosto del año pasado por el entonces director ejecutivo de la firma, Pat Gelsinger, que avanzó que había tomado esta decisión como parte de un plan de ahorro de costes.

“Debemos alinear nuestra estructura de gastos con nuestro nuevo modelo operativo y transformar fundamentalmente nuestra manera de trabajar. Nuestros ingresos no han crecido como se esperaba y aún no nos hemos beneficiado plenamente de tendencias poderosas, como la IA”, dijo el directivo.

Entonces, Intel llevó a cabo estos despidos con ofertas de jubilación anticipadas, algo que inicialmente no sucederá en esta ocasión, ya que ha indicado que no planea ofrecer indemnizaciones voluntarias. En su lugar, valorará la capacidad de cada trabajador en cada puesto de empleo.

“Estos despidos se basarán en una combinación de cambios en la cartera, eliminación de niveles y puestos, evaluación de habilidades para los puestos restantes y decisiones difíciles sobre nuestras inversiones en proyectos”, ha señalado esta vez Chandrasekaran.

Golpe a la industria del chip estadounidense

Los últimos movimientos del fabricante de semiconductores ponen nuevamente en evidencia su debilidad dentro de la industria, meses después de que la propia Administración de Donald Trump recurriera a la taiwanesa TSMC para que ayudara a Intel a sobrellevar su delicada situación económica.

También lo hizo por imagen, teniendo en cuenta que la firma que actualmente lidera Lip-Bu Tan es el mayor fabricante de circuitos integrados de Estados Unidos, un ejemplo de liderazgo que el actual presidente del Gobierno estadounidense quiere mantener a toda costa.

Su predecesor, Joe Biden, también lo intentó antes de dejar de ser el mandatario de Estados Unidos, cuando le otorgó 7.900 millones de dólares en subsidios federales, dirigidos a construir nuevas fábricas y a ampliar las ya existentes. A pesar de ello, uno de los proyectos estrella de Intel, que es abrir su primera fábrica en Ohio, se ejecutará tiempo después de lo previsto, lo que indica que las cosas no están yendo tan bien como se esperaba.

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