Motorola Edge 60 Pro

El Motorola Edge 60 Pro es ese móvil que te hace sentir que llevas un gama alta en el bolsillo por bastante menos dinero, con una pantalla que enamora, autonomía para dos días y un sistema de cámaras versátil.

• Batería de sobra
• Pantalla y diseño top
• Cámaras versátiles

• Procesador potente, pero se queda corto
• La curvas no son para todos
• Sobrecalentamiento en juegos

No cabe duda de que elegir móvil en 2025 es una auténtica jungla. Cada marca lanza su apuesta con promesas de pantallas espectaculares, cámaras que parecen de cine y baterías que aguantan todo el día, pero cuando llega la hora de la verdad, no todos cumplen por igual. 

Este año hemos tenido la suerte de probar algunos de los modelos más interesantes del mercado, como el Realme GT 7 y el Google Pixel 9a, ambos con propuestas muy distintas pero con un objetivo en común: ofrecer mucho por un precio ajustado. 

En ese contexto, el Motorola Edge 60 Pro —aunque la versión Edge 60 Fusion no se queda atrás— llega con la intención de plantar cara y demostrar que la gama alta asequible todavía tiene mucho que decir.

¿Merece la pena el Motorola Edge 60 Pro? Después de varias semanas usándolo como móvil principal, puedo decir que es una de las opciones más equilibradas y recomendables de la gama alta asequible de 2025. 

Si buscas un móvil bonito, rápido, con buena autonomía y que te deje esa buena sensación de boca de “este móvil tiene una batería envidiable”, el Edge 60 Pro es una apuesta segura. No llega al nivel de los flagship más caros en todos los apartados, pero por 599 euros ofrece una experiencia muy top que vamos a desgranar ahora mismo en detalle.

Características del Motorola Edge 60 Pro

Diseño: un móvil que entra por los ojos y se disfruta en la mano

Si algo me ha gustado del Motorola Edge 60 Pro es que, nada más sacarlo de la caja, se nota que Motorola ha apostado fuerte por el diseño, tal y como ya mencioné con respecto al Motorola Razr 60 Ultra y el tema del olor que desprende este móvil merece casi artículo aparte porque es increíble.

No es solo bonito —y huele de maravilla—, es que se siente bien construido y transmite esa sensación de móvil caro sin llegar a los precios de los flagship de Samsung o Apple. Los bordes curvos de la pantalla son una auténtica delicia y la trasera le dan un aire elegante, que, junto con el acabado que tiene en cuero vegano, ayuda a evitar huellas.

El tamaño es grande, sí, pero no se hace incómodo, todo lo contrario. Sus 160,7 mm de alto y poco más de 73 mm de ancho lo sitúan en la media de los móviles actuales, pero el grosor de 8,2 mm y el peso bien repartido —unos 185 gramos— hacen que no resulte pesado ni aparatoso. 

Incluso con la mega batería que incorpora, el móvil no se siente un ladrillo, y eso tiene mucho mérito. Además, el módulo de cámaras está bien integrado y no sobresale en exceso, así que el móvil no baila sobre la mesa cuando lo apoyas. Si le añades la funda con la que viene, verás que ya queda absolutamente perfecto —aunque lo prefiero sin ella—.

La pantalla es, para mí, uno de los puntos estrella. El panel pOLED de 6,67 pulgadas con resolución Super HD (1220p) y refresco de 120 Hz es una auténtica gozada. Los colores son vivos, el contraste es muy bueno y el brillo máximo de 4.500 nits hace que se vea perfectamente incluso bajo el sol. Nada que objetar a una pantalla que perfectamente puede plantar cara a los móviles de 1.000 euros.

De nuevo mencionar la curvatura que le da ese toque premium que muchos buscan hoy en día, aunque reconozco que esto es cuestión de gustos: hay quien prefiere pantallas planas, pero aquí la curva está bien conseguida y no provoca toques fantasma.

Rendimiento: potencia para todo y batería para rato

Aquí es donde el Motorola Edge 60 Pro me ha generado bastantes dudas. Lleva el nuevo MediaTek Dimensity 8350 Extreme, un procesador que, aunque no suene tan glamuroso como el Snapdragon de los Samsung o los Google Tensor, rinde de maravilla. 

En el uso diario, todo va fluido: abrir apps, cambiar entre ellas, ver vídeos, editar fotos, jugar… No he notado ni un solo tirón, aunque ha llegado a pecar un poco con juegos exigentes. Mencionar que es cierto que en las pruebas, si lo comparas con otros terminales por precios similares, se queda bastante corto, aunque no lo he notado tanto en el día a día.

Los 12 GB de RAM ayudan mucho a que la multitarea sea un paseo. He llegado a tener abiertas más de 10 aplicaciones y el móvil ni se ha inmutado. Además, los 512 GB de almacenamiento interno son más que suficientes incluso para quienes, como yo, hacen muchas fotos y vídeos y no quieren estar borrando cosas cada dos por tres.

La batería es otro punto fuerte, perfecta para aquellos que siempre quieren más y nunca es suficiente. Con 6.000 mAh, el Edge 60 Pro aguanta sin problemas un día y medio de uso intensivo. He llegado a las 9 de la noche con un 30% de batería después de un día de trabajo, redes sociales, música y algo de juego y a la mañana siguiente te lo vas a encontrar con no menos del 15%.

Y si te quedas corto, la carga rápida de 90 W es una maravilla, aunque te tocará comprar el cargador aparte. Eso sí, en poco más de media hora tienes el móvil al 100%. Además, incluye carga inalámbrica de 15 W, que siempre es un plus para quienes usan estas bases en la mesilla.

El sistema operativo es Android 15 con la capa Hello UI de Motorola, que, como hemos comentado en otras ocasiones, es muy limpia y apenas añade bloatware. Además, incluye Moto AI, que aporta, de una forma muy sutil, elegante y, sobre todo útil, su granito de arena con funciones de inteligencia artificial. No es la capa más personalizable, pero sí de las más rápidas y estables que he probado.

Cámaras: unos resultados muy top con especial foco en la fotografía nocturna

Llegamos a uno de los apartados más importantes para muchos: las cámaras. El Motorola Edge 60 Pro no es un móvil que se quede corto en el apartado fotográfico, y eso se nota nada más mirar su módulo trasero, que monta nada menos que cuatro lentes. 

Sí, a veces se habla de triple cámara porque el ultra gran angular y la cámara macro están integrados en el mismo sensor, pero en realidad tienes cuatro lentes físicas que trabajan para que puedas sacar fotos en casi cualquier situación.

Estas son las cámaras que incluye este móvil de Motorola:

• 50 megapíxeles, f/1.8, OIS, sensor Sony Lytia 700C (principal).
• 50 megapíxeles ultra gran angular + macro, f/2.0.
• 10 megapíxeles telefoto, zoom óptico 3x, f/2.0, OIS.
• 50 megapíxeles de cámara selfi f/2.0.

La cámara principal es un sensor de 50 megapíxeles con estabilización óptica, y te aseguro que es la que más me ha encantado. Saca fotos muy nítidas, con colores naturales y un rango dinámico bastante bueno, incluso cuando la luz no acompaña. Además, el modo noche me ha enamorado. Funciona bastante bien sin pasarse con la edición, lo que ayuda a que las fotos sigan pareciendo profesionales.

Luego está el ultra gran angular, que también hace las veces de cámara macro, con otro sensor de 50 megapíxeles. Aquí tienes la versatilidad pura y dura para paisajes, fotos de grupo o acercarte a detalles pequeños sin cambiar de lente. Eso sí, en este modo se nota algo menos de detalle en los bordes y la calidad baja un poco, pero cumple perfectamente

El teleobjetivo de 10 megapíxeles con zoom óptico 3x y estabilización óptica es otro punto a favor. Me ha gustado poder acercarme sin perder calidad y sin que la foto salga movida, algo que no todos los móviles de este rango consiguen. 

En cuanto a la cámara frontal, Motorola ha puesto un sensor de 50 megapixeles que me ha dejado muy satisfecha. Nada a destacar para una lente de la que no esperaba menos a nivel de calidad.

Ahora bien, donde el Edge 60 Pro no brilla tanto es en el vídeo. Aclarar aquí que este móvil hace un trabajo espectacular, especialmente si lo usas en condiciones normales y con la cámara principal. El problema es que, comparado con algunos rivales, la estabilización no es tan buena y pesa en el vídeo nocturno.

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Etiquetas: Smartphones, Motorola, Análisis, Review